Junio de 2016: fecha emblemática para el Inacipe y para el nuevo sistema de justicia penal

AutorÁlvaro Vizcaíno Zamora
Páginas279-285

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En 1976 el Dr. Sergio García Ramírez tuvo la visión de impulsar un instituto inserto en la estructura del gobierno federal, dedicado a la investigación, el desarrollo y la docencia de las ciencias penales en México. Este objetivo se logró con el apoyo de personajes como Celestino Porte Petit, Gustavo Malo Camacho y Luis Rafael Moreno, quienes pusieron las prime-ras piedras de lo que hoy es el Instituto Nacional de Ciencias Penales.

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Durante sus 40 años de vida, el Inacipe ha sido un actor protagónico de los principales cambios y transformaciones en todos los ámbitos del sistema de justicia penal en México. En sus orígenes contribuyó de manera determinante en la transformación del sistema penitenciario, así como en las nuevas concepciones de la justicia para adolescentes. También ha acompañado a las innovaciones en materia de criminalística, como la genética forense en la década de los ochenta o la cibercriminalidad, con todos sus alcances, en años más recientes.

A lo largo de diez años (una cuarta parte de su historia), colaboré con el Inacipe. Entre agosto de 2001 y agosto de 2006 ocupé el cargo de Secretario General de Extensión, mientras que de septiembre de 2006 a diciembre de 2011 estuve al frente de la Secretaría General Académica. Posteriormente, la Junta de Gobierno del Instituto, en su Primera Sesión Ordinaria de 2012, me designó Encargado de Despacho de la Dirección General del Inacipe, encomienda que desempeñé hasta septiembre del mismo año.

En poco más de una década de permanencia en el Inacipe me tocó vivir el proceso de reforma al sistema de justicia penal. El Inacipe fue el pionero en el país en cuanto al análisis y estudio de un nuevo modelo de justicia que contribuyera a reducir la presión sobre el sistema de justicia penal y a lograr que las víctimas del delito obtuvieran una pronta reparación de los daños. Probablemente puede situarse como punto de partida el congreso internacional "Jornadas Iberoamericanas sobre Oralidad en el Proceso y Justicia Penal Alternativa" que se realizó del 1 al 5 de julio de 2002, esto es, seis años antes de la aprobación de la reforma constitucional al sistema de justicia penal del 2008; la gran reforma cuyo plazo de implementación de ocho años llegará a su in en unos meses más. Como puede verse, desde hace catorce años el Inacipe se encontraba inmerso en el proceso de construcción de propuestas para tener un sistema de justicia más eicaz.

Respecto al citado congreso vale la pena destacar el nombre que se le dio, pues en el 2002 aún existía cierta reserva respecto al tema de los juicios orales y de la oralidad como un principio del sistema de justicia, debido a las transformaciones que implicaría en la práctica judicial. El uso de la expresión "oralidad en el proceso" fue casi una manera de disminuir o parafrasear lo que seis años después se expresaría de manera abierta. Para el año 2002 la mayoría de los países latinoamericanos ya habían iniciado una transformación de sus sistemas de justicia, al transitar de un sistema penal mixto de corte inquisitivo a un sistema penal predominantemente acusatorio. En aquel entonces se hablaba del éxito que habían logrado Chile o Colombia, así como de los serios problemas que un nuevo sistema de justicia mal implementado había provocado en algunos países centroamericanos. Por ello -y en virtud de la vocación natural del Inacipe de formar agentes del Ministerio Público- se decidió convocar a los fiscales y vice-iscales de 21 países iberoamericanos con el propósito de conocer las experiencias y las mejores prácticas de otras naciones en la transformación de sus sistemas de justicia.

El congreso se desarrolló de manera conjunta con el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento al Delincuente (Ilanud) y la Red de Capacitación de los Ministerios Públicos de Iberoamérica (Recampi). Las memorias de dicho congreso fueron publicadas por el Instituto y constituyen un testimonio de gran valor histó-

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rico, pues permiten analizar los avances de diferentes países de la región en la implementación del sistema penal acusatorio (por ejemplo, en Costa Rica existe desde 1975), así como el retraso que en aquel momento México tenía respecto del resto de Latinoamérica.1Otro evento de suma importancia para el Inacipe fue el Congreso Internacional "Las Ciencias Penales en el Siglo XXI", celebrado entre el 20 y el 27 de agosto de 2003. Lo recuerdo como el mayor de los congresos que haya realizado el Instituto, al menos en los casi once años que laboré en dicha institución; para quienes participamos en su diseño y organización fue "la madre" de todos los congresos de ciencias penales, ya que respondieron a la convocatoria 54 conferencistas de catorce países, de los cinco continentes. El principal motivo para su realización fue conmemorar el sexagésimo aniversario de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, institución que siempre ha estado vinculada...

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