Objetivos que se persiguen a través de los regímenes fiscales preferentes

AutorHerbert Bettinger Barrios/Herbert Bettinger Garcia Cornejo
Páginas17-21

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Los regímenes fiscales preferentes dentro de los cuales se considera a las Jurisdicciones de Baja Imposición Fiscal, su origen se pierde en el pasado y su respetabilidad es variable dependiendo de lo que se persiga por parte de las personas que acuden a estas jurisdicciones, ya sean de carácter laxo o paraísos fiscales ya que se puede pretender mantener el anonimato y la confidencialidad de sus capitales. En otro sentido pueden ser los que eluden el pago del impuesto o los que pretenden evadirlo con intenciones simplemente de no pagar el impuesto directo al ingreso o para llevar a cabo actos o atentados que afecten a la sociedad.

Al ser estas jurisdicciones con respetabilidad variable, es conveniente que el lector en este capítulo se compenetre en lo que se persigue a través de estas jurisdicciones; el caso del Vaticano, es un territorio libre de impuestos y que tiene una razón de ser y con un control correcto para evitar desviaciones y que terceros se beneficien de la Política Fiscal que se lleva. Por otro lado, las que se considera Jurisdicciones de Baja Imposición Fiscal han perdido la mayoría de ellas su credibilidad misma que pretenden recuperar al desempeñar un papel clave en el aspecto financiero mundial, en el comercio y los servicios profesionales, al facilitar a las personas físicas y a las empresas el manejo y la disposición de capitales con un costo mínimo y sin interferencia política. Sin embargo, los beneficios impositivos se reflejan en la mayoría de los sistemas fiscales, en el desarrollo de la política fiscal, sectorial y zonal.

La más antigua de las Jurisdicciones de Baja Imposición Fiscal es Suiza. Mucho antes de la Segunda Guerra Mundial, sus bóvedas bancarias y cuentas numeradas absorbieron bienes que salían huyendo de disturbios políticos y sociales en Rusia, Alemania, América del Sur y otros países. La neutralidad política y una moneda estable ayudaron a garantizar el valor de los bienes, aun cuando las expectativas de ingresos y ganancias de capital eran pocas. Después de la guerra surgieron otras Jurisdicciones de Baja Imposición Fiscal, principalmente refugios contra desproporcionados gravámenes. En este sentido, para algunos países como Tánger, la condición de Jurisdicciones de Baja Imposición Fiscal resultó un breve pero pintoresco episodio de su historia. Para otros, como Liberia y Liechtenstein, la condición de paraíso fiscal se convirtió en un lucrativo negocio adicional. Para una tercera categoría, dentro de la cual se encuentran las Islas Caimán, la condición de una Jurisdicción de Baja Imposición Fiscal se convirtió en su razón de ser.

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Un primer ingrediente en una Jurisdicción de Baja Imposición Fiscal son los gravámenes que se determinan bajo tasas impositivas disminuidas o que brindan la exención, por lo menos en una categoría importante de ingresos. Mónaco perdió en gran medida este ingrediente en 1963, cuando cedió a las demandas de Francia y aceptó aplicar a personas físicas y empresas francesas los mismos impuestos con los que se debía cumplir en la propia Francia. Así...

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