La Ocasión hace al Ladron
| Autor | Themis Pacheco de Carvalho |
| Páginas | 403-417 |
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Todos hemos conocido a una víctima de algún delito, pero, ¿en realidad la delincuencia es omnipresente? Para hacer frente a esta auténtica plaga de nuestra época, la iscal en São Luis, Marcho, Brasil, adelanta que gran parte de la respuesta se encuentra en la Teoría de la Prevención Situacional. Para dicha teoría, el delito ocurre cuando se agregan tres factores: un agresor motivado, un objeto disponible y la ausencia de vigilancia. De esta manera, basta que uno de los tres factores deje de existir para que el delincuente cambie su comportamiento y no cometa el delito.
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La criminología, como sucede con todas las ciencias, utiliza los conocimientos de éstas y, al mismo tiempo, les presta los suyos.1 Esto no puede ser considerado como demérito o declaración de menor importancia. Al contrario, como ciencia social que es, dedicada al estudio de las acciones humanas (que forman el comportamiento delictivo), así como a la reacción social que deviene de esas acciones, es indispensable el intercambio de conocimientos y experiencias para que, al final, los resultados alcanzado estén en mayor sintonía con la realidad y, por esto mismo, puedan contener un mayor potencial de veracidad.
Las contribuciones criminológicas de la Escuela Clásica y de la Escuela Criminológica, cuyo objeto de estudio son el delincuente y el interés por la aplicación de un castigo que fuese justo, proporciona y útil, perduran hasta la actualidad y, siendo así, está más que justificado su reconocimiento como marco inicial del estudio de la Criminología como ciencia.
Conceptos como la efectividad y utilidad de las penas; la necesidad de que las decisiones no se encuentren retrasadas y que sean breves, de modo que garanticen la punición; como también que tuviesen eicacia en la prevención de delitos, fueron al principio expuestas por Beccaria con la publicación, en el año 1764, de la obra que se ha usado como marco y referencia histórica: De los delitos y de las penas.2 Bentham nos legó conceptos como los de proporcionalidad de las penas, que el castigo impuesto sea útil y que sirva para justificar la exclusión de un mal grave como lo es el delito, aliado todo ello a las ideas de un Derecho Penal preventivo,3fueron ideas que él defendió en la obra Introducción a los principios de la moral y la legislación, publicado en el año 1789.
En estas obras podemos observar que para ambos autores lo que mueve a los hombres es la búsqueda de un mayor placer con el menor dolor y así, después de medir la ventajas entre dolor y placer, deciden acerca de lo correcto o incorrecto, entre lo que quieren o no hacer.
Es necesario decir que los postulados clásicos, en especial tratándose de Derecho Penal y Criminología, tiene serios y repetibles opositores, entre los cuales destacan Cesare Lombroso, médico italiano que con la obra L’uomo delincuente (publicada en 1878) defendió la idea del delincuente nato;4 y Enrico Ferri, quien juzgaba al delito como resultado de la conjunción de factores "antropológicos, físicos y sociales".5
Mientras tanto, como consecuencia de la política criminal es posible entender que para la Escuela Clásica ha sido importante "compatibilizar la protección de la sociedad y el respeto a las garantías de los individuos frente a la intervención punitiva, la Escuela Positiva desarrolla un programa político criminales que la idea de protección de la sociedad (o defensa social) ocupa lugar central".6
Sin embargo, el presente trabajo tiene por finalidad estudiar postulados actuales de la Cri-
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minología originados en los conocimientos de la Escuela Clásica. En estos postulados se considera que lo que motiva al delincuente a la práctica del delito es lo que para la Teoría de la Elección Racional y la Teoría de la Actividades Rutinarias es consecuencia de un cálculo entre las ventajas y las desventajas -"el logo del placer y la evitación del dolor"7- que puede tener por origen la conducta delincuente, los riesgos para la realización de las mismas y la técnicas y teorías utilizadas hoy para impedir o hacer más difícil la práctica delictiva.
La teoría objeto de este estudio es la de la Prevención Situacional que busca explicar y estudiar la creación en el ambiente físico de obstáculos para que el delincuente obtenga éxito en su intento criminoso. Para dicha teoría, el delito ocurre cuando se agregan tres factores: un agresor motivado, un objeto disponible y la ausencia de vigilancia. Y así, para sus estudiosos, es importante que uno de los tres factores deje de existir para que el delincuente motivado cambie su comportamiento delictivo y no comete el delito.
Considerar la Teoría de la Elección Racional como consecuencia de los planteamientos de la Escuela Clásica, se debe al hecho de que los ideólogos de esta teoría juzgan que para practicar un delito el delincuente hace un cálculo entre las ventajas8(el placer) que pueda obtener con su conducta (lo que puede ser, por ejemplo: dinero, sexo y/o aventura) y los peligros (el dolor) que por ventura pueda tener con la misma conducta. Esto lo hace en términos de información y tiempo disponible, así como también en cuanto a la decisión de empezar o de poner fin a la carrera criminal.
Cuando "el delincuente identifica en una situación indicios de una buena oportunidad criminal, es cuando se dan las condiciones para que el mismo decida cometer un delito".9
Así, los planteamientos de la Teoría de la Elección Racional surgen de la influencia de la Escuela Clásica por la adopción de los conceptos de placer y dolor y, de esta manera, la conducta delictiva es considerada como el resultado de una decisión racional, siendo los delitos patrimoniales, en la idea de algunos, los que más se aplican a esta teoría.10
Los creadores de esta teoría fueron James Q. Wilson11y Richar J. Hernstein, en la obra Crimen and Human Nautre, y juzgaban que el delito es fruto de una decisión económica.
El presupuesto principal de esta teoría económica no afirma que las personas o cometan errores [en sus cálculos de costes y beneficios] sino más bien que actúan de acuerdo con su mejor interpretación acerca de sus posibilidades presentes y futuras y en base a los recursos de que disponen.12
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Sin embargo, las ventajas obtenidos con la conducta pueden ser de naturaleza económica o de otras, como de tipo psicológico; esto es, obtener dinero, tener placer sexual, etcétera.
Los estudiosos Lawrence E. Cohen y Marcus Felson13crearon (entre los años de 1979 y 1981) la Teoría de las Actividades Rutinarias también llamada Teoría de la Oportunidad. Para esta teoría los cambios de la vida moderna, el desarrollo económico, el trabajo de la mujer fuera de casa, el hecho de que las personas pasen más tiempo en compañía de extraños que en sus propias casas, son factores que han sido causa de un aumento de la delincuencia. Y esta teoría, así como la de la Elección Racional, también se deriva de la Escuela Clásica, en virtud de los cálculos entre costos y beneficios que hace el delincuente por ocasión de la práctica del delito.14
De acuerdo con esta teoría -la Teoría de las Actividades Rutinarias o Teoría de la Oportunidad- para que el crimen ocurra es necesario que también converjan tres factores: un delincuente potencial; un objetivo atractivo, que también puede ser una víctima apropiada; y, por último, la ausencia de control, sea de naturaleza formal o informal. Y así cuando los tres elementos confluyen se crea el ambiente propicio para que ocurra el crimen, sin que para esto importen las condiciones del entorno social, como si hay más o menos desempleo, pobreza, etcétera.15
Para Felson y Clarke son cuatro los elementos que hacen a un objeto tener especial atracción para el delincuente, y esto lo deinen con el uso de la palabra VIVA: V= valor; I = inercia; V = visibilidad; A = Acceso. El valor del bien puede ser el elevado valor económico de éste, como joyas, un calzado de deporte caro producido por una famosa marca o un moderno teléfono celular; la inercia es el proceso que tiene el mismo, y que los hacen más fáciles de transportar; la visibilidad tiene que ver con respecto a que las personas demuestren en las calles o en sus hogares lo que tienen de valor, o sea, contar dine-ro en público, dejar en la basura las cajas de los electrodomésticos que han comprado recientemente; mientras que el acceso es la facilidad que tiene el delincuente para ponerse en contacto con el objeto, por una ausencia de vigilancia o porque la puerta del hogar estaba abierta, entre otras cosas.16
De seguro los cambios en las actividades rutinarias hacen surgir nuevos delitos, bien como la vida moderna con la evolución tecnológica ha creado situaciones que hacen más fácil delictiva para aquellos delincuentes motivados. Así, para los partidarios de la Teoría del Control Situacional, lo que tenemos que hacer para evitar el delito es quitar uno de los elementos que concurren para el crimen colocando los bienes bajo control, y esto significa vigilar los bienes o a los posibles delincuentes.
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Por supuesto que hay importantes estudios en contra de las estrategias del control situacional del delito, ya sea porque juzguen que algunos de los procedimientos invaden la privacidad y la intimidad incluso de aquello que no delinquen...
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