Francisco de Paula León Olea

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas193-203
193
Francisco de Paula:
Si la filosofía se convirtió en una obsesión para usted, es evidente que
no tengo por qué recordarle que su objeto obsesivo lo dividen tres discipli-
nas: la ontología, la axiología y la epistemología. O sea, sucesivamente, la
teoría del ser u ontos, la teoría de los valores o axios y la teoría del conoci-
miento o gnosis.
La primera investiga qué es el ser, o dicho de otro modo, qué es lo que
siempre es y siempre será. De tan enorme cuestión surgen —entre otras—
cuatro escuelas ontológicas: la que sostiene que el ser es la materia, cam-
biante de forma pero siempre es; la que concibe el ontos como energía
dotada de paralelas cualidades que la anterior; la escuela que asegura
que el ontos es la idea, matriz o fuerza motriz de donde brota todo lo que fue,
es y será; y la escuela que percibe al ontos como sinónimo de Dios, con
eterna permanencia en el tiempo y creador de todo lo existente.
La segunda gran disciplina de la filosofía, ya lo dije, es la axiología y
ella averigua lo valioso que es ese ontos, incluyendo la vida humana. En un
extenso inventario que hiciésemos de los valores sobresalen tres de ellos:
el bien, la verdad y la belleza, como lo subrayaban Platón y San Pablo, aun-
que al ateniense le complacía afirmar que uno solo es el valor de lo exis-
tente: es triédrico o posee tres caras.
Francisco de Paula León Olea*
* Prólogo epistolar del libro El despertar de la humanidad, México, Editorial Porrúa, 1995.

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