Sonora y la Revolución

AutorÁlvaro Obregón
Páginas65-69
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CÓMO FUI SIMPATIZADOR DEL SEÑOR MADERO
Corrían los últimos años de la dictadura del genera l Díaz. Ésta había ex-
tendido sus ramificaciones en todo el país, y automáticamente comenza-
ron a formarse dos Par tidos: el que explotaba y apoyaba al Gobierno de la
dictadura, y el de oposición.
En el segundo de esos Par tidos me contaba yo, que en el largo periodo
de 10 años que pertenecí al gremio obrero y que adm inistr é algunas ha-
ciendas, pude darme cuent a exacta del trato que recibía n —de los capataces
y de los patrones—, todos los hombres que llevaban a sus hogares el pan
ganado con el sudor de su frente; y pude apreciar también el desequili-
brio inmenso que ex istía entre las castas privilegiadas y las clases traba-
jadoras, debido al inmoderado apoyo que las autoridades prestaban a la s
primeras para todo género de monopolios y priv ilegios.
Esta experiencia me llevaba al convenci miento de que era necesario
odiar la t iran ía, ya que sabíamos a mar y conquistar la liber tad.
Cada espíritu de oposición que surg ía, era para nuestro partido una
esperanza: F lores Magón, Reyes, quienquiera, menos Díaz.
A medida que la div isión se acentuaba, multiplicábanse también las
vejaciones de todo género para los que no aplaudía mos incondicionalmen-
te todos los actos despóticos de las autoridades de aquel régimen.
Sonora y la Revolución
Álvaro Obregón

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