Reporte 19. El minifundismo: Una realidad del siglo XXI

Páginas177-194
EL MINFUNDISMO:
UNA REALIDAD DEL SIGLO XXI
1. INTRODUCCIÓN
La organización, distribución, propiedad y uso
de las tierras agrícolas ha sido un tema añejo y
controversial en la historia de México.
El reparto de parcelas públicas y privadas
en la época precolombina, así como el sistema
tributario en el que se basaba la agricultura, le-
jos de ser interrumpido por los conquistadores
españoles en 1521, fue adoptado por estos y
durante los siguientes trescientos años de do-
minio español, la Corona tuvo el control absolu-
to de las tierras repartiendo entre los indígenas
parcelas comunales y consolidando en manos
españolas y en la Iglesia grandes extensiones de
propiedad privada.
En este proceso surgió y se fortaleció “la ha-
cienda” como una unidad productiva de grandes
extensiones de tierra, pero cuya eciencia descan-
saba en la jación, retención y reemplazo fami-
liar de los indígenas mediante mecanismos que
acentuaron la explotación del trabajo agrícola.
Elementos de la Reforma Agraria
1911 El Plan de Ayala propuesto por Emiliano Zapata exigía la devolución a los pueblos de las tierras que habían
sido concentradas en las haciendas.
1912 Algunos jefes militares revolucionarios hicieron los primeros repartos de tierras.
1915 El constitucionalismo, el villismo y el zapatismo promulgaron diversas leyes agrarias.
1917 La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 incluyó, en su Artículo 27, el reparto de
tierras.
1992 Hasta este año el reparto de tierras fue mandato constitucional y también una política del Estado Mexicano.
Fuente: Elaborado con información de Warman, Arturo. “La reforma agraria mexicana: una visión de largo plazo”, en: FAO. Reforma Agraria.
Colonización y Cooperativas, Italia, 2003.
En los albores del siglo XIX, el latifundio
había provocado grandes desigualdades gene-
rando el descontento de indígenas y criollos en
contra del dominio español, dando pie al sur-
gimiento de movimientos populares que des-
embocaron primero en el movimiento de Inde-
pendencia de 1810 y un siglo más tarde en los
movimientos armados de 1910.
Fue sin duda un largo y complejo proceso
que en el siglo XX derivó en lo que se conoce
como la Reforma Agraria y cuya piedra angular ha
sido el ejido, es decir, la propiedad colectiva, titula-
178 / Rep ortes del CEDRSSA
da por el núcleo campesino y que está constituido
por tierras para el asentamiento urbano, tierras de
uso común y tierras parceladas. Adicionalmente,
el ejido adquirió las características de ser inaliena-
ble, inembargable e imprescriptible, no obstante
que su explotación puede adoptar la modalidad
individual o colectiva, siendo los derechos del
campesinado transmisibles por herencia.
Paralelamente, la composición de la pobla-
ción mexicana también se fue transformando.
De haber sido un país eminentemente rural en
1900, donde la población urbana apenas repre-
sentaba el 28% y la rural el 72%, para 2010 la
composición se había invertido pasando a te-
ner una población urbana del 77% y rural del
22%.
Evolución de Población Rural y Urbana de México, 1900-2010 (porcentajes)
0
20
40
60
80
1900 1910 1921 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990 2000 2010
28 29 31 34 35 43 51 58 66 71 75 78
72 71 69 67 65
57
49 42
34 29 25 22
Población urbana Población rural
Fuente: INEGI.
Durante el periodo 1900-1992 se entrega-
ron a los campesinos más de 107 millones de hec-
táreas de tierras que equivalen a poco más de
...la mitad del territorio de México y cerca de las
dos terceras partes de la propiedad rústica total
del país. Con datos de las Resoluciones Presi-
denciales de dotación de tierras se crearon 26
mil ejidos y se reconocieron 2 mil comunidades
que beneciaron a 3 millones de campesinos,
aunque según el Censo Agropecuario de 1991,
se consideraron como ejidatarios y comuneros
a 3.5 millones de individuos. Para nales del
siglo XX, la propiedad social comprendía el 70
por ciento de los casi 5 millones de propietarios
rústicos y la mayoría de los productores agrope-
cuarios de México.1
Hoy el ejido y el minifundio están sujetos a
debate entre quienes ven en ellos un impedi-
mento para el desarrollo y rentabilidad del cam-
po y quienes, por el contrario, arman que pue-
den ser el eje de relanzamiento de la agricultura
familiar de autoconsumo y, por ende, el soporte
principal para mitigar la pobreza alimentaria.
1 Warman, Arturo, op. cit.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR