La representación política

AutorAdrián S. Gimate Welsh
Páginas25-52
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Capítulo I
La representación política
Introducción
La propuesta de investigación “Representación política y deliberación en la LVIII
Legislatura. A propósito de la Ley de Derechos y Cultura Indígenas” podría ser
un contrasentido si nos instalamos en el modelo de la teoría económica de la
democracia (Downs, 1957), sobre todo si, como sostiene este autor, la represen-
tación partidista expresada en la plataforma electoral es sólo un medio para ganar
una elección y conquistar el poder político. Pero, si nos colocamos en la funda-
mentación que hace Vicente Fox en torno de la iniciativa, podríamos concluir
que la idea que estamos proponiendo no es del todo una contradicción.16
Casos de negación de la oferta política después de las votaciones hay mu-
chos. Por ejemplo, en las elecciones presidenciales de Venezuela (Stokes, 2001),
Carlos Andrés Pérez promete un alza salarial a la clase obrera. Sin embargo, ya
en el poder, se reúne con los empresarios para asegurarles que no habría incre-
mentos al salario; o las elecciones presidenciales de 1989 que colocan a Carlos
Menem en la Casa Rosada. Durante la campaña sugiere una moratoria a la
deuda, pero una vez en el poder manda un representante a Washington a nego-
ciar la deuda. El mandatario argentino reniega de su mandato.
Sin embargo, el modelo de Downs17 tiene otra faceta: es la idea de que todo
gobierno busca maximizar18 su apoyo político. Por tanto, las políticas de alguna
16
Véase el análisis de la exposición de motivos que acompaña a la iniciativa en el capítulo VI
y las promesas de campaña de Fox en el 2000 en el capítulo V.
17
Debo señalar que estoy siguiendo una línea de argumentación; tampoco estoy en la defensa
del modelo.
18Su hipótesis, que se sustenta en las analogías de lo económico con lo político, formuladas
por J. Schumpeter, Downs la extiende a los motivos de aquellos que gobiernan los partidos. Downs
agrega más adelante que a los políticos los motiva el poder, el prestigio, el dinero y el amor por los
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Adrián S. Gimate-Welsh
manera deberían responder a las expectativas de los electores. Desde su perspectiva,
el objetivo primordial de los partidos de oposición es la conquista del poder. En el
caso del partido en el poder, para ganar votos y planear sus políticas, el gobierno
debe descubrir algún tipo de relación entre lo que hace en términos de políticas y
cómo votan los ciudadanos; esto es, explorar sus preferencias electorales.
Desde esta perspectiva, el partido en el poder tiene como preferencia prima-
ria la reelección. Los partidos de oposición, por su parte, tienen como meta
primordial conquistar el poder. En estas circunstancias, uno podría preguntarse,
¿cómo se integra la representación política en la demanda de los electores? ¿Están
las plataformas políticas de los partidos imbuidas de dimensiones ideológicas,
pragmáticas o de demandas concretas que responden a los intereses de partidos
o de los grupos? ¿Qué es lo que prevalece en la construcción de la agenda políti-
ca en los procesos electorales? (cf. Gimate-Welsh, 2009) ¿Bajo qué consideracio-
nes o circunstancias se modif‌ica el discurso de las plataformas electorales de los
partidos? ¿Qué relación hay entre la oferta política y la generación de leyes o
políticas públicas? Por supuesto, no pretendo resolver todas estas interrogantes,
lo que me interesa resaltar es la relación entre la oferta política y la generación de
políticas públicas o leyes, como es el caso de la ley indígena. Sabemos muy bien
que Vicente Fox hizo compromisos muy explícitos con el electorado en el tema
de los derechos y cultura indígenas. De ahí la pertinencia de las preguntas.
Las respuestas a las interrogantes anteriores me permitirán establecer una
correlación entre la representación política trazada en el proceso electoral, los
argumentos de mandato y de representación nacional de los partidos en la ge-
neración de políticas en el ámbito legislativo. Más aún, ya centrados en el Con-
greso mexicano ¿cómo se construyó la coalición entre el PRI y el PAN en el caso de
la ley indígena en la LVIII Legislatura? ¿Tuvieron las votaciones un sustento
ideológico, jurídico, pragmático o estuvieron determinadas por razones de voto
duro, disciplina de partido o fue un resultado de la interacción institucional Eje-
cutivo-Legislativo? Como se verá, en el análisis de los capítulos VI y VII, los ar-
gumentos en las deliberaciones en el Senado como en la Cámara de Diputados
exhiben muchas respuestas a estas interrogantes (cf. capítulos VI y VII).
Con todo, y sin soslayar las invariantes, el referente político subyacente en
el modelo de Downs es el sistema bipartidista estadounidense, sin duda distin-
to del pluripartidismo mexicano del periodo legislativo del 2000-2003, pluri-
conflictos. Pero nada se logra si no llegan al poder. De a hí entonces que el movim iento es del
axioma del autointerés a la maximización del voto.

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