Espacio público, tiempo libre y construcción de la ciudadanía en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixiuhca

AutorJosé Antonio García Ayala
Páginas683-705
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Espacio público,
tiempo libre y ciudadanía
Analizar la actuación y la responsabilidad de los gobiernos federal, distri-
tal y delegacional dentro del origen, desarrollo y designación de distintos
espacios públicos destinados al tiempo libre, los cuales han sido ref‌lejo de
la aplicación de políticas públicas de los distintos órdenes de gobierno
en la Ciudad de México, es de fundamental interés para entender el papel
que han jugado en la construcción de una ciudadanía más responsable e
informada de sus derechos y obligaciones, con respecto al disfrute de su
ciudad y de su tiempo libre.
Políticas públicas que incidieron y lo siguen haciendo en el tiempo
libre de los ciudadanos, diseñadas en un inicio por los gobiernos posrevo-
lucionarios para introducir a las nuevas generaciones de capitalinos en el
bienestar y progreso a los que aspiraba una sociedad en pleno desarrollo
económico, a través de la dotación de las más diversas y modernas insta-
laciones; pero que en la última década han sido sustituidas por políticas
públicas locales, encaminadas a generar un proyecto incluyente más acor-
de con la realidad de la sociedad y la ciudad actual, aunque con diversos
resultados, sobre todo a partir de la fragmentación administrativa de este
espacio público.
Espacio público, tiempo libre
y construcción de la ciudadanía
en la Ciudad Deportiva Magdalena Mixiuhca*
José Antonio García Ayala**
* Este artículo es un producto del Proyecto de Investigación: Ciudad Deportiva Magdalena Mixiuhca,
urbanización sociocultural e industrias culturales.
** Profesor-investigador de la SEPI de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, Unidad
Tecamachalco, del Instituto Politécnico Nacional.
José Antonio García Ayala
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Acciones que por una parte han contribuido en el proceso de construc-
ción y ampliación de la ciudadanía, al hacer efectivo el derecho al disfrute
que forma parte de la dimensión social de ser ciudadano. Un derecho que
se hace valer cada vez que un ciudadano usa y se apropia de cada una de
las instalaciones de la Ciudad Deportiva, producidas, remodeladas y reha-
bilitadas en el marco de distintas políticas públicas de carácter social.
Pero que por otra parte no han sido acciones suf‌icientes para evitar la
toma de decisiones de política pública, que poco tiene que ver con los inte-
reses ciudadanos, sobre todo de los habitantes de las colonias del entorno,
quienes en pocas ocasiones son tomados en cuenta en el manejo de los dis-
tintos lugares de la Ciudad Deportiva y que, por lo tanto, se ven limitados
en el libre uso y apropiación de este espacio público, distorsionando su vida
cotidiana y desestimulando sus sentidos de arraigo, apego y pertenencia
socioterritorial, al ver que estos sitios, que son geosímbolos de sus terri-
torios barriales y una extensión de su hogar, son abandonados, deteriora-
dos o remodelados sin que en apariencia puedan hacer nada.
A través de los años, el tiempo libre de los ciudadanos ha sido poco
estimado por los distintos órdenes de gobierno en las urbes, debido a que
el principal interés de éstos se centró en proveer espacios urbanos adecua-
dos para realizar las prácticas necesarias para la sobrevivencia de los pue-
blos (salud, alimentación, trabajo y resguardo de las inclemencias del
tiempo) y la af‌irmación del poder religioso, político y económico. Por lo
tanto, las políticas públicas se enfocaron en satisfacer estas prácticas, def‌i-
niendo a partir de ellas la vida urbana, y se relegaron los lugares destina-
dos al ocio y entretenimiento masivo a un plano secundario, por conside-
rarlos contenedores de prácticas superf‌luas y banales que, aunque tenían
benef‌icios para la salud, la mente y el espíritu, no poseían ese carácter
prioritario e indispensable en comparación con otras, sobre todo en socie-
dades en proceso de desarrollo, donde se consideraba que las prácticas aso-
ciadas al tiempo libre y los espacios urbanos óptimos para albergarlas
eran un privilegio de los países desarrollados con altos estándares en su
calidad de vida.
Durante generaciones se olvidó y menospreció el papel fundamental
que ha tenido la amplia gama de formas urbanas del tiempo libre en la
construcción de las ciudades, y en particular de sus espacios públicos, los
cuales deben considerarse como patrimonio de los ciudadanos, que son
legado para las futuras generaciones debido a su carácter de libertad que
incluye a propios y ajenos, al ser de todos los que están y han estado en

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