Discriminación y democracia

AutorGilberto Rincón Gallardo
Páginas77-107
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IV. DISCRIMINACIÓN Y DEMOCRACIA
HASTA el año 2000, la posición of‌i cial del gobierno mexicano
acerca de la discriminación era que ésta no existía. Se acep-
taba que la población mexicana estaba sujeta a una fuerte
desigualdad socioeconómica, pero se negaba la existencia
tanto de rutinas sociales de exclusión sistemática de gran-
des grupos como de actitudes y prácticas de desprecio hacia
muchas personas en razón de algún estigma social. Prevale-
cía entonces la idea de que la discriminación era sólo y
siempre discriminación racial, y que si se consideraba vi-
gente la ideología del mestizaje triunfante —cuyo máximo
valor era la idea de una condensación racial y cultural que
daba identidad a una nación unitaria e integrada—, enton-
ces se podía declarar que en México no existía discrimina-
ción. Sin embargo, numerosos movimientos sociales, gru-
pos políticos y expertos de distinta procedencia venían
poniendo en duda esta idea de una nación reconciliada con-
sigo misma en los aspectos fundamentales de su identidad.
El mito de la nación unitaria no pudo soportar más las
evidencias, no sólo del pluralismo doctrinal y étnico que
realmente existía, sino también de la exclusión, segregación
y limitación de derechos para grupos sociales completos en
razón de estigmas y prejuicios irracionales pero fuertemen-
te implantados en la cultura, las leyes y las costumbres. Así,
uno de los elementos innovadores que acompañó a la alter-
nancia en el poder presidencial en México fue la genera-
ción de un nuevo ambiente de discusión social que, entre
otras cosas, permitió otra lectura del fenómeno de la discri-
minación. En este nuevo ambiente se hizo posible mostrar
que la lucha contra la discriminación y la exclusión social
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es parte imprescindible del proceso de construcción demo-
crática.
Una de las principales tareas de cualquier sociedad de-
mocrática es la lucha contra todas las formas de discrimina-
ción. Y es una de las tareas principales porque la discrimi-
nación es una forma específ‌i ca de la desigualdad que vuelve
inaccesible el disfrute de derechos y oportunidades para un
amplio conjunto de personas y grupos en la sociedad. Una
sociedad que discrimina y excluye no puede considerarse
una sociedad con una aceptable calidad democrática.
La discriminación es una actitud o conducta de despre-
cio hacia personas o grupos a los que se considera inferiores
o indignos de trato equitativo en razón de un estigma o un
Discriminación —vigente en México desde junio de 2003—
señala que
se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión o
restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo,
edad, discapacidad, condición social o económica, condicio-
nes de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferen-
cias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto
impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los dere-
chos y la igualdad real de oportunidades de las personas.
Vale la pena revisar esta larga def‌i nición legal porque en
ella queda claro que la discriminación es toda distinción,
exclusión o restricción que impida o anule el ejercicio de
derechos o el acceso a las oportunidades. Así que no se trata
de conductas inofensivas o actos de escasas consecuencias,
sino de acciones u omisiones que dañan a los demás en bie-
nes tan valiosos como sus derechos y sus oportunidades. El
peso de la discriminación en la calidad de la vida democrá-
tica es sustantivo, pues puede provocar que numerosos gru-
pos sociales, que en conjunto forman una mayoría, perma-

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