Martha Chapa

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas379-392
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Conocí a Martha Chapa hará cerca de 20 años en la casa de Porfirio Muñoz
Ledo. Me fue presentada junto con su esposo, el ya renombrado médico
Federico Ortiz Quezada, a quien por cierto debo mi salud de roble. Posgra-
duado en la Universidad de Cornell, fue el primer nefrólogo que hizo en
Latinoamérica un trasplante de riñón. Ahora dirige el Hospital Humana.
Durante el terremoto su conducta en el Hospital Juárez fue la de un ejem-
plar héroe civil, reconocido así por las autoridades respectivas.
Desde aquel primer encuentro se trabó una amistad cordial, construc-
tiva y creciente entre el joven matrimonio y yo. Ello me permitió advertir la
enorme fuerza potencial que Martha tenía como auténtica artista. Creo
haber sido un elemento estimulante para su desarrollo personal en su
naciente carrera, tan sorprendente como es, pues tiene ya un nombre con-
quistado en buena lid. Me alegra haber sido uno de los precursores en
percibir sus cualidades como pintora, junto con Siqueiros y Philips.
La carta que envié a Martha por aquellos años me complace reprodu-
cirla en El Día porque contiene elementos alentadores para aquellos jóve-
nes que quieran labrarse un destino mediante el cual realicen los valores
superiores de la herencia cultural recibida. He aquí la carta:
Martha Chapa*
* Carta escrita en julio de 1973 para el periódico El Día y publicada también por ediciones
Tlacuilo, Guadalajara, Jalisco, 1974.

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