José Luis Cuevas

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas397-404
397
Difícil tarea es la de hablar de José Luis Cuevas cuando las voces más
autorizadas de aquí y del extranjero se han ocupado con acierto de su obra.
Por lo pronto, este mitológico artista mexicano ha sabido labrarse una
atmósfera polémica en su entorno, en especial durante los años en que
empezaba a buscar su afirmación como artista. Su misma obra no se ex-
plica si no se conoce el principal motor sicológico que la engendró y cuyas
primeras expresiones aparecieron antes de ajustar su inicial decenio de
vida.
José Luis Cuevas nació en la Ciudad de México el 3 de febrero de 1934;
el día del Cordonazo de San Blas fue cuando le cortaron el cordón umbilical
para respirar por cuenta propia. Diríase que a partir de entonces, José Luis
empezó a dar cordonazos a diestra y siniestra y a todo cuanto lo informara
o ignorara.
Su rebeldía fue en extremo precoz. La inspiración temática de su ya
vasta obra, arranca de la curiosidad pueril del artista quien, trepado en
una silla para alcanzar el balcón de su casa, pasaba horas y horas viendo
cuanto ocurría en el callejón de El Triunfo, en un barrio al sur del Centro
Histórico capitalino.
José Luis Cuevas*
* Fragmento de la introducción escrita para el libro Museo José Luis Cuevas coeditado por
la Secretaría de Educación Pública, el Departamento del Distrito Federal, Fondo de Cultura
Económica y Banca Serfín en 1992.

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