La ciudad entre muros imaginarios y muros de ladrillo. Una mirada a la producción social del centro-sur de la ciudad de Querétaro, México

AutorEmiliano Duering Cufré
Páginas221-243
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La vida es el arte del encuentro
A pesar de tanto desencuentro por la vida.
Vinicius de Moraes. Samba da Bênção
El tema de la democracia, la ciudadanía y cuál debería ser el lugar de las
políticas sociales que den sentido y contenido a la democracia a la que se
aspire subyace en muchas de las polémicas en torno a lo público y lo pri-
vado. Es un tema central para los urbanistas que permanentemente traba-
jamos con espacios que se califican en una u otra categoría y que también
lidiamos con espacios y discursos ambiguamente delimitados. El caso
particular, con el que pretendemos discutir este tema, es la privatización
del espacio público en los nuevos subcentros urbanos.
Mi preocupación por los espacios públicos urbanos no es reciente,
años atrás (2003-2005) investigué la apropiación de los espacios públicos
en zonas periféricas, en una población marginada de la ciudad de Río de
Janeiro. También he participado en la elaboración de planes de desarrollo
donde los subcentros urbanos han sido un tema fundamental. En este
momento, nuestra preocupación surgió a partir de la contradicción evi-
dente entre los planes originales del centro-sur (CS) de la ciudad de Que-
rétaro y la construcción actual. Según la administración estatal que pro-
puso el proyecto y los urbanistas que lo diseñaron, el CS de Querétaro fue
concebido como un espacio incluyente, sin embargo, las construcciones
La ciudad entre muros imaginarios y muros de ladrillo.
Una mirada a la producción social del centro-sur
de la ciudad de Querétaro, México*
Emiliano Duering Cufré**
* Este capítulo está fundado en una investigación que es la base de la tesis doctoral en Urbanis-
mo en la UNAM, titulada La perversión del espacio público. Análisis de la producción social del espacio público
del centro-sur de Querétaro, que fue dirigida por la doctora Patricia Ramírez Kuri.
** Profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro.
Emiliano Duering Cufré
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actuales, a nuestro entender, tienen características opuestas. Esto sucede
sin que se haya cambiado sustancialmente el discurso oficial respecto
de su finalidad. Lo curioso es que ambos discursos —el oficial, expresado
en documentos o en entrevistas hechas a funcionarios y el discurso implí-
cito o de facto de la construcción del espacio— coexisten sin confron-
tación ni cuestionarse mutuamente.
Los discursos sobre la ciudad parecen salir de la galera de un mago capaz
de crear una apreciación sobre la misma, con independencia de lo que nos
indica la simple observación. Trataremos de leer esta situación desde el
urbanismo, con la esperanza de aportar no sólo a la comprensión de este
caso, sino de proponer elementos de reflexión sobre la situación actual de
los nuevos espacios públicos centrales.
La existencia de diferentes teorías, ideologías y discursos sobre lo
urbano no es exclusiva de nuestro campo de trabajo, de ninguna discipli-
na ni mucho menos del SC y, de hecho, no debería ser un problema, sino
una confrontación que enriquezca la polémica sobre lo urbano. Las difi-
cultades surgen cuando, en vez de darse una confrontación, un discurso
se sobrepone a otro para ocultar o imponer algo, es decir, cuando pasamos
de luchas simbólicas con ciertas reglas a violencia simbólica. Al respecto
mucho se ha dicho sobre las virtudes del espacio público urbano cuando,
también, es un escenario de luchas territoriales sumamente desiguales.
Cabe aclarar que, el espacio público, contrapuesto al privado es consi-
derado como el lugar que permite el encuentro y la construcción de
ciudadanía (Borja, 2003).
Actualmente es uno de los principales conceptos rectores de los estu-
dios urbanos y, para muchos, el más importante. En este tema, la conver-
gencia de diversos intereses académicos o no nos hace pensar que, en esta
época de desencuentros, hemos construido una especie de representación
idealizada con la pretensión de reunir a las personas, los conocimientos
o ideas y las políticas sociales. Hay mucho de producción imaginaria en
este campo, el espacio público suele asociarse a un potencial de equilibrio
entre lo artificial y lo natural; lo comunitario y lo individual; lo cerrado y
lo abierto en la ciudad.1 Pero, como señala Milton Santos (2002), todo
espacio humano es sede, producto y factor condicionante de las formas
sociales, sean éstas tendientes a generar equilibrios o violentas asimetrías.
1 Por su parte, Rabotnikof (en Ramírez, 2003: 18-20) habla de tres nociones de lo público en
contraposición con lo privado: El primero se basa en la distinción entre lo colectivo y lo personal. El
segundo sentido se refiere a la distinción entre lo que es visible y lo que está oculto. Por último, la
referencia a la distinción entre lo que es accesible y lo que es substraído de la disposición de los otros.

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