La vida política de la Ciudad de México y el Distrito Federal, 1910-1996

AutorDavid Cienfuegos Salgado
Páginas299-347
David Cienfuegos Salgado
298 299
Andrés Lira
298
XII
LA VIDA POLÍTICA DE LA
CIUDAD DE MÉXICO
Y EL DISTRITO FEDERAL,
1910-1996
David Cienfuegos Salgado
La valía, jerarquía y trascendencia de la Ciudad de México en el ámbito
nacional no está a discusión. Desde épocas prehispánicas ha sido el
centro político, económico y social más importante, primero del te-
rritorio hoy conocido como Mesoamérica, y después de este país, con sus
cambiantes fronteras físicas. Para entenderlo en otras dimensiones, su oferta
académica, cultural, comercial y de espectáculos y se equipara con cualquier
otra ciudad del mundo. Su vida cosmopolita permite describirla como una
ciudad global. En su territorio han ocurrido eventos históricos relevantes que
han determinado el desarrollo de la vida nacional.
En las siguientes páginas se hace un recorrido por una gran parte del
siglo XX mexicano y se hace énfasis en los acontecimientos de la vida política
del Distrito Federal y la forma en que impactaron la vida nacional. En ese
[MV\QLWPIKMUW[MKWLMTIIÅZUIKQ~VLMY]MMT[QOTWXIX mexicano comienza
en 1810 (con el levantamiento que llevará a la independencia) y termina en
1910. Nuestro siglo XX inicia entonces con la lucha armada revolucionaria.
De manera concreta, el periodo de análisis va desde 1910, que es cuando se
inicia la discusión sobre algunas de las bases jurídicas, políticas y económicas
que aún nos rigen, y se prolonga hasta 1996, con la aprobación de una refor-
ma constitucional que establece la elección directa del titular de gobierno del
Distrito Federal denominado genéricamente jefe de Gobierno.
En estas casi nueve décadas se asistió a una transformación sorprendente
de la Ciudad de México. Aunque hay que reconocer que asombroso es ya un
rasgo distintivo, avizorado desde los Memoriales de Culhuacán y mantenido sin
merma desde entonces, también aclaramos que nada hay más alejado del
propósito de estas líneas que dar cuenta puntual de las razones del asombro.
La Ciudad de México en el siglo XX
La Ciudad de México a principios del siglo XX era otra, pero en camino de
ser la que hoy es. Sus calles ya eran iluminadas por bombillas eléctricas, los
carros inundaban los caminos y compartían el espacio urbano con los carrua-
Inauguración del Monumento a la Independencia,
16 de septiembre de 1910. SINAFO,
Fototeca Nacional, Ciudad de México.
David Cienfuegos Salgado Vida política de la Ciudad de México y el Distrito Federal, 1910-1996
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jes tirados por corceles; el tranvía poco a poco sustituía
los trenes de mulas. Huaraches, calzones de manta y
grandes sombreros de palma del populacho contrastaban
con los pequeños y altos sombreros, trajes de levita y
vestidos de seda de la clase alta.
Se iniciaba el auge de tiendas como El Palacio
de Hierro o el Puerto de Veracruz; a los restaurantes
como el de Sylvain Daumont, La Maison Dorée, Chez
Montaudon, el Café Restaurant Chapultepec o Gam-
brinus, acudía a departir la crema y nata de la alta
sociedad de la época. En el ámbito de la tecnología,
aparatos que funcionaban con electricidad se podían
adquirir por catálogo o directamente en la Mexican
General Electric Company, tienda que se localizaba
en pleno centro de la capital. Las principales calles
poco a poco fueron pavimentadas, se introdujo la elec-
tricidad y el agua potable. Todo parecía bonanza y
prosperidad, las voces que resonaban en todo el país
en busca de mejoras sociales y mayor apertura polí-
tica, parecían no escucharse. Las manifestaciones en
la propia Ciudad de México eran acalladas, gracias a
los operadores políticos y policiacos con que contaba
el régimen. Las denuncias acerca de la situación de
abandono de las zonas rurales, así como las deplora-
bles condiciones de los campesinos y obreros, encon-
traron escaso eco.
Los grupos progresistas y de clase alta veían en la
modernización del país un impulso de carácter na-
cionalista y se declaraban fervientes partidarios de
los adelantos tecnológicos. Los gustos, modas, hábitos
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modelos culturales norteamericanos y europeos, espe-
cialmente aquellos provenientes de París. La primera
década del siglo XX cerraba con los comienzos de la
educación superior en el país; ya fortalecida la Escue-
la Nacional Preparatoria vendría el ímpetu educativo
con la Universidad Nacional de México y con otros
esfuerzos como la Escuela Internacional de Arqueo-
logía y Etnología Americanas, la Universidad Popular
Mexicana o la Escuela Libre de Derecho. El cente-
nario de la Independencia era para muchos un buen
augurio para la marcha triunfante de la nación. Sin
embargo, aunque al exterior esta bonanza era vista
con buenos ojos, la realidad era que al interior del país,
la Ciudad de México lo mismo era el símbolo de la
opulencia, la injusticia y la desigualdad social, que el
Mercado de la Lagunilla, ca. 1915. Colección particular Desfile del Centenario de la Independencia, septiembre de 1910. Secretaría de Cultura-INAH-Sinafo, Ciudad de México.
símbolo de la lucha política y la oposición. El progreso
y el atraso parecían darse la mano en un irónico en-
cuentro que no tenía solución.
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la centralización política y el control férreo del gobier-
no de la Ciudad de México. Mediante decretos, Por-
ÅZQW,yIbKWVKMV\Z~XWLMZMV[]XMZ[WVIaJ][K~]VI
injerencia directa en la elección de las autoridades de
TIKIXQ\IT UQ[UI[Y]M IÅVITM[ LMT[QOTW XIX ya eran
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liderado por José Yves Limantour.
Es en este contexto que, en uso de facultades ex-
traordinarias otorgadas por el Congreso, Díaz expi-
dió el 26 de marzo de 1903 la Ley de Organ ización
Política y Municipal del Distrito Federal,1Y]MLMÅVQ~
los límites del mismo al dividirlo en trece municipa-
lidades: México, Guadalupe-Hidalgo, Azcapotzalco,
Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Cuajimalpa, San Án-
gel, Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta e
1 Ley de Organización Política y Municipal del Distrito Federal. México,
Imprenta del Gobierno Federal en el Ex-Arzobispado, 1903.
Iztapalapa. Sin embargo, el verdadero impacto no
se dio en la división terri torial sino en la pérdida de
[]XMZ[WVITQL ILR]ZyLQKI KWV TW K]IT[ MUWLQÅK~ TI
vida patrimonial de las municipalidades: todas las
propiedades e impuestos quedaron bajo el control
del gobier no federal.2 ;M ÅR~ Y]MTI ILUQVQ[\ZIKQ~V
municipal del Distrito estaría a cargo del Ejecutivo
federal, aunqu e los ayuntamientos conservarían sus
funciones políticas y tendrían, “en lo concerniente a
la administración municipal, voz consultiva y derecho
de vigilancia, de iniciativa y de veto, en los términos
Y]MLQ[XWVMM[\ITMaºIZ\!4IX]V\QTTIÅVITMZIMT
contenido del artículo 33:
2 8IZI]VLM\ITTILWIVnTQ[Q[LMTKWV\M`\WÅ[KITaXWTy\QKW ^uI[M
Ariel Rodríguez Kuri, La experiencia olvidada. El ayuntamiento de
México: política y gobierno, 1876-1912. México, El Colegio de
México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1996. Del
mismo autor: “Itinerarios políticos de la ciudad de México,
1812-1929”, en Configuraciones, México, núm. 41, mayo-
agosto 2016, p. 22.

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