Políticas macroeconómicas para el cambio estructural y el crecimiento

AutorDr. Etelberto Ortiz Cruz
Páginas17-40
Políticas macroeconómicas para el cambio estructural y el crecimiento
Dr. Etelberto Ortiz Cruz*
Para poner en perspectiva el tema, es conveniente
plantear la pregunta ¿Cuál es la dimensión actual del
problema de desarrollo?, y es necesario entender que,
no es un tema de inspiración académica, sino es una
discusión actual sobre las reformas estructurales. Al
respecto tenemos tres iniciativas de ley en la Cámara
de Diputados, y que los últimos tres gobiernos han tra-
tado de implementar como una respuesta para enf ren-
tar el problema del estancamiento.
La idea es llevar adelante un conjunto de reformas es-
tructurales que tendrían que completar aquellas que
se iniciaron en los ochenta y que provocó que el país
no creciera, producto de la polarización de las políticas
que han conducido a una economía con ciclos econó-
micos cada vez más inapropiados, llevando a la ines-
tabilidad. Por lo que armo que éste es un gobierno
* Etelberto Ortiz Cruz. Licenciado en e conomía por la Uni-
versidad Nacional Autónoma de México; Maestro por el
Colegio de México y la Universidad d e Manchester, y doc-
torado en ciencias económicas por la Universidad Autó-
noma Metropolitana. Es m iembro del Sistema Nacional
de Investigadores, nivel III, desde 1992. Profesor distin-
guido por la UAM y miembro de la Academia de l a Inves-
tigación Cientíca en México, y de l Athenian Policy Forum
en la Universidad de Toronto y la Universidad de Atenas.
En el aspecto de promoción y formación de programas
académicos, destacan los Progra mas Académicos en las li-
cenciaturas en economía y administraci ón de 1975 a 1978,
de la maestría en desarrollo rur al en 1980, revista Economía,
Teoría y Práctica en 1981, rediseño del Programa de Doc-
torado en Ciencias Económicas de la UAM de 1995 a 1998.
Diseño, aprobación y puesta en march a del Programa de
Maestría y Programa Integrado de Maestría y Doctorado
en Ciencias Económicas 1999-2002. Formación de área
de investigación integrada como cuerpo académico, ma-
croeconomía, dinámica y cambio estructural 2005-2011.
Participación en numerosas comisiones de planea ción
y desarrollo académico de la UAM a lo largo d e 37 años.
Ha publicado 15 libros y 83 artículos [en México, Inglater ra,
Francia, Holanda y Estados Unidos] y ha dic tado 190 confe-
rencias.
que carece de capacidad de gestión frente al problema
estructural de corto y largo plazo.
La forma en que se aborda el problema tiene grandes
dicultades; la primera es que se quiere hablar de los
problemas estructurales de este país como si fuera el
mismo de 1980.
Después de casi treinta años, es conveniente partir
de un análisis puntual, crítico; de lo que el país es hoy,
de los problemas que frenan la capacidad de creci-
miento y de darle un mejor lugar a la población. Sin
esta perspectiva, es muy difícil llevar adelante la polí-
tica de cambio estructural, porque está ncada en el
pasado.
Suele decirse que los elementos de cambio cualitativo
del desarrollo no pueden ocurrir debido a que el país
no creció. La primera idea es que se puede distribuir el
ingreso, pero primero hay que producirlo.
Este país debe implementar políticas de desarrollo y
generar capacidad de crecimiento. Es decir, tener por
un lado políticas agrarias y por el otro, las industriales.
Uno de los cambios estructurales que se ha generado
en los últimos 20 años es que las políticas monetarias
y scales se han vuelto determinantes y críticas en la
marcha del conjunto de la economía y de su estructu-
ración.
El problema central al hablar de desarrollo y cambio
estructural es que cualquier política planteada sólo
como reformas estructurales, sin que se haga la perti-
nente evaluación, conduce a un severo fracaso.
Se ha discutido la crisis como un elemento de shock
externo y no lo es, ya que nuestro país está plenamen-
te inmerso en la estructura global y evidentemente
que muchos de sus problemas tienen que ver precisa-
mente con esa inclusión.
Por ello, habría que tomar una perspectiva doble; te-
ner primero una visión de conjunto a largo plazo y así
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18 / Foro. Soberanía, seguridad alimentaria y...
reexionar en el comportamiento de esos elementos,
de tal forma que, pueda llegarse a la idea central y re-
levante.
Para hacer esto, la mejor manera es no plantear hipóte-
sis distintas a las que fueron del modelo que se implan-
ta en los ochenta. Esto puede volverse confuso. Consi-
dero que la evaluación más crítica es cuando uno dice:
“tomo la propuesta como viene”, como si aceptáramos
sus hipótesis y vemos si es cierto que cumple, porque
si no, hay un problema central de la manera en que se
piensa.
En este sentido, menciono que el discurso básico de
implementación de esos años, no sólo se rerió a la
apertura comercial, sino a los elementos de desarro-
llo que tendrían que ocurrir. Quizá el punto central era
la idea de que las fuerzas del mercado debieron obli-
gar a generar un cambio en la estructura productiva,
principalmente en la productividad del trabajo, en lo
referente a la competitividad, reejándose en todas las
estructuras.
Al principio, podía haber problemas de desempleo,
porque se cerrarían empresas inecientes, pero en el
largo plazo se estaría generando empleo productivo,
pero aún no se sabe con certeza si 30 años son corto
o largo plazo; en esa idea, se tendría que producir el
mejoramiento de las condiciones sociales.
El asunto de la pobreza se veía como una transición,
pero sin un colchón para amortiguar los problemas.
Sin embargo, es más relevante el asunto del cambio
estructural planteado, puesto que se tendría que ha-
ber generado la capacidad para impulsar el cambio
productivo y, desafortunadamente, fue lo que se des-
truyó desde el comienzo. Entonces, lo que aparecería
ahora como efecto grave, debió ser considerado como
el ajuste externo. En Estados Unidos, por ejemplo, el
producto cae uno por ciento, mientras que en México
la caida ha sido de 2.4% (en promedio, en los últimos
20 años). Ésta es más o menos la relación estructural,
porque quiere decir que el impacto ya no es en ina-
ción, sino en producto y esto cambia los términos.
Es decir, que en México se vuelve un problema de
ingreso-ocupación precario. El límite de crecimiento
está dado por la relación comercial y, en este sentido,
el problema es que cada vez que crece un poco Méxi-
co, las importaciones crecen 2.2 veces el crecimiento
del PIB.
En este sentido, cabe el cuestionamiento sobre ¿Cuál
es la forma en que se ha resuelto el problema? La res-
puesta es que Mexico ha respondido no creciendo,
para evitar un décit externo, es decir, se ha frenado la
inversión en la formación bruta de capital jo. Lo cierto
es que el determinante crítico de cambio estructural
bajo este modelo tendría que haber sido la producti-
vidad, ello es una señal crítica de que el modelo en su
conjunto no funciona y ello se sustenta con las tasas de
crecimiento y de productividad laboral.
Sin embargo, esta situación no es igual para todos los
sectores y por ello el gobierno decidió comprometer
este programa y dar marcha atrás a la política mone-
taria y scal, que ha resultado en un proceso regresivo
de capacidad scal del Estado y de su capacidad como
gestor del proceso en su conjunto, lo cual afecta en to-
dos los sentidos.
En su momento, esto se evidenciaba con el programa
de gasto para el sector rural (sector campesino) y, sin
embargo, no tiene ningún sentido el aislarlo para bus-
car una solución, más bien debería desembocar en una
visión de conjunto.
Los problemas que ya hemos mencionado, referentes
a la sobrerreacción; la relación productiva, las nanzas
regresivas del sistema, han desembocado en otros
grandes problemas que son la cara que se muestra sin
visualizar su origen.
Todo ello se presenta como una gran crisis social en
la que vemos marginación, expulsión, pobreza en au-
mento, por citar algunas. Por ello, la presión inacio-
naria parece ser como “un mal congénito”. A pesar de
ello, observamos al banco central frenando crédito y
aumentando tasas de interés de manera sistemática.
Por otro lado, también se acumula deuda, y México no
está exento del problema. Al respecto, se tiene que el
PIB tiene dos características. Primera, se muestra que
en 50 años de crecimiento, éste fue de 6.5, 6.6 por
ciento. Segundo, tenemos la crisis de los años ochen-
ta, cuyos cambios estructurales fueron “la apuest a” a

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