Otro modelo de desarrollo, ¿es posible?

AutorDr. Julio Baca del Moral
Páginas69-91
Otro modelo de desarrollo, ¿es posible?
Dr. Julio Baca del Moral*
* Julio Baca del Moral. Estudió la carrera de biología y cuenta
con la maestría en sociología rur al y con el grado de doctor
en ciencias en estudios rurales con orientación en desarrollo
rural. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores
(nivel 1) desde el año 2000. Ha ocupado diferentes c argos
como el de coordinador de la línea de investigación, polí-
ticas públicas y seguridad alim entaria para el desarrollo ru-
ral en la Universidad Autónoma Chapingo, ha sido director
de centros regionales, y ha participado en el doctorado en
ciencias en desarrollo rural re gional. También se ha desem-
peñado como coordinador nacional del programa especial
de seguridad alimentaria de las naciones unidas para la agri-
cultura y la alimentación (FAO) como experto princip al. En
cuanto a la docencia, es profesor titular d e la maestría en
ciencias en desarrollo rural re gional y a nivel doctorado se
ha especializado en problemas económicos agroindustria -
les (CIESTAAM). Entre los cursos que ha impartido se desta -
can: “Experiencias de desarrollo rural regional”, “Análisis de
políticas públicas para el desarrollo de zonas rurales margi-
nadas”, “Agricultura y desarrollo rural sustentable” y “Acción
colectiva, capital social y desarrollo sustentable”. Con res-
pecto a publicaciones , es autor de dos libros y ha colabora-
do en más de 20. Sus temas de investigación son la so bera-
nía y la seguridad alimentaria en el desarrollo rural regional,
y el análisis de políticas públicas par a el desarrollo rural.
El Foro al cual fuimos convocados tiene el tema: “Sobe-
ranía, seguridad alimentaria y modelo de des arrollo”.
Haciendo referencia a las presentaciones anteriores
queda claro que es necesario un cambio del modelo
de desarrollo, sin embargo, lo que no queda bien ubi-
cado es quién y cómo debe iniciar ese cambio. Las dos
últimas ponencias, del diputado Ovalle y del diputado
Narro, se basaron en los cambios y el modelo general
que ocurrió del agotamiento del modelo de desarro-
llo por sustitución de importaciones hacia el modelo
neoliberal en los años setenta y que fue impuesto por
los organismos internacionales: Banco Mundial, Fondo
Monetario Internacional e implementado en México.
El “modelo” neoliberal está agotado, después de 30
años con más pobreza, más deterioro ambiental, acu-
mulación de la riqueza por unos pocos, desarrollo
desequilibrado y regiones marginadas y municipios
de alta marginación con escaso desarrollo humano
que hace necesario un nuevo modelo, sin embargo, el
cuestionamiento es ¿hacia dónde y quién?
La Cámara de Diputados legisla, propone, aprueba
presupuesto cada año, le enmienda la página al Eje-
cutivo; sin embargo, los diputados han manifestado
cierta impotencia para proponer e impulsar ese nuevo
modelo y las instituciones educativas, las universida-
des no podemos encabezar este cambio (nuestras fun-
ciones son analizar, formar profesionistas, investigar y
proponer) ¿o es el Banco Mundial quien tiene que venir
nuevamente a decirnos por dónde?
Los hambrientos y los pobres han aumentado en los
últimos años; la FAO indica que hay 930 millones de
pobres y hambrientos en el mundo y en México se re-
ere a más de 20 millones.
La situación no está bien en el campo mexicano, en
la balanza comercial, en 2011 el décit fue de seis mil
millones de dólares con más de 21 mil millones de dó-
lares de importación de alimentos (datos de SAGARPA)
y la FAO recomienda producir al menos 75 por ciento
de los alimentos y en contraste México importó 20 por
ciento de oleaginosas, arroz y maíz amarillo, mientras
que en otros productos la cifra fue mayor, entonces la
soberanía alimentaria está disminuida y es sinónimo
de una política ine xistente.
Sobre políticas públicas, entiéndase como problemas
sociales atendidos por organismos públicos, cuyo di-
seño en primera instancia es el órgano legislativo de
este país que junto con el Ejecutivo deben de generar
dichas políticas públicas, pero el problema es que sólo
hay políticas gubernamentales, no políticas de Estado.
En este sentido, cabe cuestionarse quién debe hacer la
visión a largo plazo, señalada por los legisladores e x-
positores de este foro.
Hay una impermeabilidad de esas políticas o de quien
diseña las políticas a las demandas sociales y se orien-
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70 / Foro. Soberanía, seguridad alimentaria y...
tan a cuestiones de clientelismo, corporativismo; por
ejemplo, se destinan cerca de 4 mil millones de pesos a
programas alimenticios con nes clientelares (estamos
reconocidos como el país número 67 de 187 con mayor
corrupción a nivel mundial).
Otro punto es la fragmentación, incoherencia y contra-
posición de la aplicación de políticas y programas por
causa de las reglas de operación que son numerosas;
además del subejercicio en la aplicación de los recur-
sos registrado año con año y que no se ha tomado en
cuenta la heterogeneidad del campo mexicano y se
hacen políticas uniformes sin reconocer la diversidad
de una región a otra. Además, la pobreza rural es mul-
tidimensional y compleja; no sólo es cuestión de em-
pleo, producción o mercado.
Por otro lado, hay una mala calidad del gasto (sólo se
gasta y no se invierte), inconveniente orientación; hay
estudios que demuestran que de cada peso gastado,
sólo llegan 20 centavos al campo, los otros 80 centavos
se quedan en el camino. Ése es centralismo e inequi-
dad scal.
En programas como PROCAMPO que son directos son
convenientes, pero deben analizarse sus reglas de
operación y beneciarios; sin embargo en los que pa-
san de la federación al estado y después al municipio
se “pierde” 80% del recurso sin mencionar la falta de
responsabilidad política, funcionarios que cambian de
puesto y no hay quien les llame a cuentas, además de
la incompetencia de algunos de ellos.
Hay una desarticulación total de la red de tomadores
de decisión, no solamente federales sino estatales y
municipales y todo esto agrava los problemas que no
es falta de recursos. México es de los países que más
gastan en el campo; más de veinte por ciento del Pro-
ducto Interno Bruto.
En el año 2011 fueron más de 20 mil millones de dóla-
res al igual que en años pasados; sin embargo, el creci-
miento del PIB agrícola es mucho menor incluso que
en Ecuador, Perú, Nicaragua, Brasil, no se diga Panamá,
República Dominicana, es decir, la eciencia que tene-
mos del gasto es mínima, insisto es “gasto” no inver-
sión.
Además, lo inconveniente de los egresos es que se apli-
can en bienes privados (ejemplo; la mochila, el tractor,
los sementales o vaquillas) pero no hay un programa
de evaluación por objetivos y resultados del presu-
puesto. En contraste, se tiene un gasto e inversión me-
nor en bienes públicos y es el que se utiliza en infraes-
tructura, caminos, bodegas, por mencionar algunos.
Al respecto, el Banco Mundial tiene análisis en varios
países donde dice que invertir en bienes públicos es
más conveniente que hacerlo en bienes privados y es
porque implica un benecio social.
El CEDRSSA en sus estudios demuestra que después
de 10 años de reformas al artículo 27 hay una descapi-
talización del sector ejidal, con menos infraestructura,
bordos, pozos, trilladoras y bodegas, además de pro-
gramas y políticas regresivas. Lo que signica que se
está beneciando a los que más tienen en lugar de que
sean políticas de desarrollo rural.
En el caso de los apoyos para comercialización en 2005
y 2006 de 4 mil millones de pesos que se distribuye-
ron, se ubicaron preferencialmente en las entidades fe-
derativas del norte, en contraste con las asignaciones a
Chiapas y Oaxaca, que son entidades con alto grado de
marginación.
Todo ello apoya la propuesta de un nuevo modelo de
desarrollo como también lo platean el Banco Mun-
dial, el FIRA, el Banco Interamericano, la FAO, el ICA, la
CEPAL. Ahora bien, la crisis no sólo es en México es a
nivel mundial y se tiene el caso de España, Grecia, de
la Unión Europea, de los Estados Unidos y de muchas
otras economías importantes, en donde también se
están buscando nuevos modelos.
Con respecto a México, es la Ley de Desarrollo Rural
Sustentable parte de la búsqueda de nuevas estrate-
gias y una de ellas es la descentralización a través de
los consejos de desarrollo rural sustentable que no es
lo óptimo, pero hace diez años ni siquiera se contaba
con esos esquemas de participación (consejos munici-
pales).
También está el derecho a la alimentación (recién apro-
bado y publicado) y que entonces es también una trin-

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