Poesía, mito, Revolución. Respuesta del señor Octavio Paz

AutorOctavio Paz
Páginas977-985
977
POESÍA, MITO, REVOLUCIÓN
Respuesta del señor Octavio Paz
La Révolution con rme, par le sacri ce, la superstition.
CHARLES BAUDELAIRE
ES MUY difícil decir en pocas y claras palabras lo que siento: emoción, grati-
tud, sorpresa. Ante todo: me ha conmovido que usted, señor Presidente, haya
tenido la bondad de entregarme personalmente el premio Alexis de Tocque-
ville. Nunca olvidaré su gesto. Sus palabras generosas aumentan mi emo-
ción: veo en ellas ese signo de amistad, precioso entre todos, que a veces un
escritor dirige a otro de lengua distinta, aunque esas lenguas sean tan próxi-
mas como el español y el francés. Mi gratitud, por esto, es doble: al hombre
de Estado y al escritor francés, un idioma cuya literatura ha sido mi segunda
patria espiritual.
Mi agradecimiento al Jurado de la Fundación Alexis de Tocqueville se
mezcla a una ligera y muy agradable sensación de irrealidad. Cuando el se-
ñor Alain Peyre tte tuvo la gentileza de anunciarme la decisión del Jurado,
mi primera reacción, lo con eso, fue de asombro y aun de incredulidad: ¿por
qué a mí, a un poeta? Pronto vislumbré la razón: una y otra vez, movido tan-
to por los accidentes de mi vida como por los cambios y trastornos del mun-
do y de mi país, he participado en la vida pública y he escrito algunos libros
sobre la historia y la política de nuestro tiempo. Más allá de los dudosos mé-
ritos de mis escritos, me imagino que se ha querido premiar en mí, escritor
de un continente con frecuencia desgarrado entre la forzada inmovilidad de
los despotismos y las convulsiones de los sectarios, a una  delidad. En efec-
to, siempre he procurado ser  el a esa actitud que ejempli can la obra y la
persona de Alexis de Tocqueville y que puede resumirse así: mi libertad co-
mienza con el reconocimiento de la libertad de los otros. En los albores de la
edad moderna, ante un espectáculo que después se ha repetido muchas ve-
ces: el tirano disfrazado de libertador, Chateaubriand escribió estas palabras
proféticas:
La Révolution m’aurait entràine… mais je vis la premiere tete portée au bout
d’une pique et je reculai. Jamais le meurtre ne sera à mes yeux un argument de
liberté; je ne connais rien de plus servile, de plus lâche, de plus borné qu’un te-
rroriste. N’ai je pas rencontré toute cette race de Brutus au service de César et de
sa police?

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