Gastón García Cantú

AutorJosé E. Iturriaga
Páginas509-520
509
Solía sostener Ortega y Gasset que una generación abarcaba un lapso de
tres lustros, en contra de la idea tradicional de que en cada siglo surgían tres
o cuatro generaciones. Ortega tenía razón, porque el tempo histórico corre
ahora a mayor velocidad, sobre todo en los últimos decenios si lo compa-
ramos con la parsimonia del transcurso del siglo XIX.
Ello ayuda a explicar los tres artículos que escribí hace 20 años en
torno a las relaciones de México con el Vaticano: nuestro marco circuns-
tancial interno y externo ha sufrido mutaciones de tal envergadura y cuantía,
que se ha desatado al fin el nudo problemático de las relaciones entre
México y la Santa Sede. Mas ello no sólo se ha debido a los profundos
cambios domésticos y externos registrados en las últimas décadas, sino
que la conducta del jefe del Estado actual afianza la concordia nacional
concebida como prerrequisito para el recambio o modernización de la
estruc tura económica, para bien de lo social, lo político y lo cultural de
nuestro país.
Hace más de 20 años un amigo fraternal, Benito Coquet, desaparecido
ya, me formuló esta pregunta: “¿Cómo verías la reforma al artículo 130 de
la Constitución, tú que estás —como lo has repetido siempre— incapaci-
tado racional, emotiva, humoral y glandularmente para la noción y emo-
ción de Dios?”
Gastón García Cantú*
* Artículo titutlado “Más papista que el papa”, publicado en Novedades el 26 de enero de
1974.

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