Consideraciones para una política pública en ciencia y tecnología

AutorRené Drucker Colín - Angélica Pino Farías
Cargo del AutorPremio Nacional de Ciencias, 1987. Fue presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, 2000-2001. En la actualidad es coordinador de la investigación científica de la UNAM. - Es pasante de la maestría en ciencias, con la especialidad en educación del die-Cinvestav. Jefa del Departamento de Organización y Métodos de la Coordinación de la ...
Páginas95-120
Consideraciones para una política pública
en ciencia y tecnología*
René Drucker Colín**
Angélica Pino Farías***
En la actualidad, en el mundo entero se pugna porque las naciones se conviertan en sociedades del
conocimiento, es decir, que operen y se organicen con base en su capacidad intelectual. El avance de
la democracia ha permitido que la mayoría de los países conciba al conocimiento que produce la
ciencia como un bien común: los medios que se han utilizado para alcanzar su universalidad, han
pasado del libro, a la imprenta, a las escuelas, a las universidades públicas, a las computadoras y
ahora a Internet. Pese a lo anterior, en México éste es sólo un ideal que aún está lejos de alcanzarse.
Hay que reconocer que mucho se ha avanzado en el ámbito educativo (gratuidad, cobertura, equidad,
entre otros) pero, estamos lejos de volvernos una sociedad del conocimiento, para ello, no solamente
hay que transmitir y educar en las disciplinas científicas, también hay que producir ese conocimiento
de manera suficiente. Además, de que deben encontrarse los canales institucionales permanentes
para su difusión y puesta en práctica y, al mismo tiempo, los mecanismos para su aprovechamiento
por parte de la población en general.
Ahora bien, la sociedad del conocimiento no es un modelo que se adopta como las políticas
económicas del Banco Mundial. Se requiere desarrollar un modo adecuado de apropiación, porque
cada sociedad cuenta con sus propios intereses, capacidades y tradiciones, que si no se toman en
cuenta generan conflictos más que soluciones.
* Partes de estas reflexiones fueron presentadas en la revista Reencuentros núm. 45 que edita la UAM.
*** Premio Nacional de Ciencias, 1987. Fue presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, 2000-2001. En la actualidad
es coordinador de la investigación científica de la UNAM. Es doctor honoris causa por la UAM en 2004. Es investigador
nacional de excelencia y emérito del sistema nacional de investigadores, también doctor honoris causa de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla en marzo 13 de 2006.
*** Es pasante de la maestría en ciencias, con la especialidad en educación del DIE-Cinvestav. Jefa del Departamento de
Organización y Métodos de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM.
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Consideraciones para una política pública en ciencia y tecnología
Es con base en los estudios y recomendaciones de organismos internacionales y en la revisión
de las experiencias de otros países, que aquí se defiende y sustenta la importancia de la ciencia y la
tecnología como actividades centrales para la economía mexicana. Es significativo resaltar, que se
parte de la idea que la producción de conocimientos científicos no es un fin en sí mismo, sino un
medio para lograr el bien común. Por consiguiente, las reflexiones, las metas y las estrategias que se
plantearán, están orientadas a las transformaciones de las condiciones actuales de inequidad en el
país y del desarrollo de una economía sustentable.
La ciencia y el crecimiento económico
A lo largo de las últimas tres décadas, un conjunto de estudios sistemáticos, realizados por organis-
mos internacionales, ha permitido prácticamente garantizar que la inversión en ciencia y tecnología
contribuye al incremento económico de los países.
Una corriente predominante piensa y desarrolla esta apuesta por la ciencia, como una forma de
generar valor mercantil, de poder y de lucro y pone el énfasis en acrecentar la productividad a través
de las tecnologías cada vez más eficientes dentro del sector productivo. Hay un conjunto de nuevos
conceptos que dan cuenta de esta tendencia: “Nueva Economía, Globalización, Innovación, Gestión
del Conocimiento [...] son conceptos que se han incorporado recientemente a la realidad de la gestión
empresarial y la sociedad en general [...] lo que subyace detrás de estos términos es la búsqueda
constante de soluciones para la Gestión de las Organizaciones, orientada a la creación de valor y a la
competitividad sostenida en un entorno en constante cambio [...]”.1
Será necesario anotar que tal corriente no es la única. Este documento se inscribe en la tenden-
cia que también considera necesaria la eficiencia empresarial y la competitividad de México en el
mundo, pero advierte límites en los mercados como entes reguladores de las economías y juzga que
hay que colocar al hombre en el centro, preguntándose acerca de qué hacer para mejorar sus condi-
ciones de bienestar. De manera tal, invertir en ciencia y en tecnología por parte del sector productivo
es una de las metas que hay que lograr, empero no la única.
En su primer informe mundial del 2005, la UNESCO reconoce la importancia de una nueva ética
en el camino hacia la sociedad del conocimiento: “Las observaciones y los proyectos que presentamos
en este primer Informe Mundial [...] ponen de manifiesto la necesidad de sentar las nuevas bases de
una ética que oriente a las sociedades del conocimiento en su evolución. Una ética de la libertad y de
la responsabilidad, que ha de basarse en el aprovechamiento compartido de los conocimientos”
(UNESCO, 2005: 210).
Las estrategias para el desarrollo científico y tecnológico que se expondrán, apuntan a estos
objetivos:
1 Consultado en http://www.radiorabel.com/conocimiento/, junio de 2005.

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