El tráfico de drogas en México: de los años setenta a la fecha

AutorCarlos Antonio Flores Pérez
Páginas75-80
75
El tráfico de drogas en México:
de los años setenta a la fecha
Carlos Antonio Flores Pérez
En nuestro país, la produ cción de drogas y su
tráf‌i co hacia Estados Un idos es un fenómeno
presente, al menos desde las primeras décadas
del siglo xx. En un prime r momento, México no
penalizaba es ta actividad; y fue ha sta 1916 c uan-
do se promulgó la primera prohibición de traf‌i car
con productos opiáceos, derivada a su vez de la
política inter nacional que desde entonces comen-
zaron a impulsa r en Estados Unidos.
En los años 20 surgieron leyes federales que
prohibían el cultivo y comercio de l a marihuana y
la adormidera. Durante los años 30, la presión
estadounidense por expandir su política punitiva
respe cto a las d rogas psi coactiva s continu ó en de-
trimento de est rategias alternativa s que entonces
apoyaba el gobierno mexicano, que f undamental-
mente encuadraban el problema como un asunto
de salud pública.
En consecuencia, desde la segunda mitad de
los 40, el fenómeno comenzó a recibir un trato
esencialmente coe rcitivo, pero con mayor notorie-
dad. A part ir de 1947, el control de la producción
y trasiego de drogas ilegales se adjudica formal-
mente a la Procura duría General de la República.
Sin embargo, como extensión de la lógica funcio -
nal de un régimen afe cto al frecuente divorcio en-
tre normas y pr ácticas, el control efectivo se otor-
gó a la Dirección Federal de Seg uridad.
No se puede analizar con rigor el fenómeno
del tráf‌i co de drogas en México sin atender a la
inf‌l uencia que sobre él ejercieron históricamente
las características específ‌i cas del régimen políti-
co que prevaleció desde f‌i nales de los años 20
hasta el cierre del siglo.
Un régimen autoritario, de partido de Estado,
fuerteme nte centralizado, donde los cí rculos del
poder podían eje rcer un amplio control práct ica-
mente sobre todos los actores sociales relevan-
tes, incluyendo a la delincuencia organizada
que, como es sabido, para perdurar requiere un
factor fundamental: la corrupción del sector
público.
Incómodo, pero ciert o. El crimen organizado
implica la organiza ción del crimen, mientras má s
amplias sean las di mensiones organizativas y lo-
gísticas del grupo delictivo organizado, y más
extendida sea la du ración temporal de sus opera-
ciones, más difícil será que el Estado sea capaz
de detectarlo. Esa am plia dimensión y perdu ra-
ción no pueden explicarse cabalmente , si entre
los distintos factores de análisis no se tiene en
cuenta uno fundamental, que constituye la pro-
tección brindada por determinados núcleos que,
dentro del poder públic o, han prevaricado de sus
funciones y de facto forman parte integral de la
matriz criminal.

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