Mtro. Jaime Hernández Díaz
| Autor | Mtro. Jaime Hernández Díaz |
| Cargo del Autor | Rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México |
| Páginas | 182-187 |
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Al igual que mis compañeras y compañeros del panel deseo expresar mi agradecimiento al IAPMI y en general a los Institutos de Administración que estánparticipando en este Foro, por la invitación para estar presente en este panel. Veo muy dificil que en diez minutos pudiéramos abordar un tema tan complejo como es el que está planteado en esta mesa y que tiene que ver con la educación y la cultura política.
Yo quisiera expresar simplemente algunas ideas que pudieran ser motivo de una reflexión más cuidadosa en relación con este asunto de la educación, la cultura política, y a partir de la experiencia que estamos viviendo en nuestro país, en el caso mexicano. Yo partiría también en el sentido de que el propio concepto de cultura política es un concepto bastante gelatinoso, no muy bien precisado, no muy bien clarificado. Pero si partimos que, en efecto, la cultura política está determinada por un conjunto de actitudes o de prácticas, en este caso bien arraigadas, bien cimentadas, en un país determinado, la pregunta que nos deberíamos hacer es ¿qué tanto estas prácticas y estas actitudes de la vida política, la cultura política mexicana verdaderamente han cambiado o se han transformado? Y ¿cuál es el déficit que tenemos en relación con esto que planteamos como cultura política? Y ahí es donde quizás empiecen los problemas, porque hemos estado haciendo referencia en el país a un conjunto de cambios de actitud, pero hemos subrayado fundamentalmente el cambio de actitud en torno al voto y a la renovación en los procesos políticoelectorales. Pero no hemos hecho el suficiente énfasis en si se ha cambiado o modificado radicalmente la actitud y las prácticas del mexicano, de los mexicanos en relación con otro conjunto de valores que conforman los principios y las prácticas de la vida democrática en el mundo contemporáneo de hoy.
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No cabe la menor duda que aún de manera muy lenta, muy compleja, porque también parece que ahora se asocia solo a la alternancia política derivada del cambio de gobierno en el 2000, a los cambios políticos en el país, pero la actitud diferente del mexicano en relación con el voto fue un proceso lento, complejo que se inscribe más en un conjunto de cambios históricos, institucionales que rebasan con mucho este pequeño periodo que estamos viviendo en las prácticas, específicamente político-electorales.
Pero hay un conjunto de actitudes que se reflejan muy bien en las encuestas, que ahora están de moda, en tomo a la manera cómo perciben los mexicanos otro conjunto de valores, y es obvio, que en esas encuestas no se reflejen, y al contrario, aparezcan constantemente las desconfianzas quizás, como de manera excepcional, los resultados que se tienen en tomo a la confianza en el IFE, que por otro lado vuelve a referirse a las cuestiones de carácter electoral, pero que no se reflejan en otro tipo de situaciones novedosas en tomo a las prácticas y a valores que tienen que ver con los derechos humanos, en general, con las...
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