Corrupción y cultura política. Su percepción en Brasil
| Autor | Fernando Filgueiras |
| Páginas | 159-183 |
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Introducción
La corrupción ha sido un problema habitual en las democracias, de tal suerte que
impacta de diversas maneras la legitimidad de los sistemas políticos democráticos.1
Por otro lado, siempre ha sido muy discutido por especialistas y thinks thanks la orga-
nización adecuada de una maquinaria anticorrupción, teniendo en cuenta la creación
de sistemas de integridad pública y agencias especializadas en el combate al crimen
organizado.2 En el escenario internacional han emergido tratados que conducen a la
lucha en contra de la corrupción, teniendo presente la capilaridad del tema junto a las
agencias multilaterales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional
(), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos () y
la Organización de las Naciones Unidas (). Esas agencias han creado tratados y
convenciones en las que los países signatarios asumen el compromiso, ante la comu-
nidad internacional, de establecer el combate a la corrupción.
Buena parte de la literatura producida sobre el tema de la corrupción se concentra,
sobre todo, en el impacto que ella causa en el desarrollo económico y social, consiguién-
dose a partir de eso recetas universales de reformas y propuestas de combate. Se evalúa
la corrupción como un problema circunscrito al Estado y que tiene sus bases en los sis-
temas de incentivo a los cohechos y al soborno. Relacionada al problema del desarrollo,
la literatura internacional ha dado mucha atención a los impactos de la corrupción en el
crecimiento económico y en la calidad de la inversión pública. Sin embargo, no presta
atención a los impactos de la corrupción en la democracia ni tampoco tiene en cuenta
los elementos semánticos que están presentes en la dimensión de la cultura política.
En el caso de América Latina, la agenda de investigaciones sobre la corrupción
la inserta en el problema de la reforma del Estado, de acuerdo con la cuestión de la
liberalización económica.3 En ese sentido, el objetivo de las reformas de Estado en
Corrupción y cultura política.
Su percepción en Brasil
Fernando Filgueiras
160 EL VOTANTE LATINOAMERICANO
América Latina ocurriría por la superación de los particularismos típicos de los países
de la tercera ola de democratización. La lucha en contra de la corrupción se inserta
en la tabla de cambio institucional, de acuerdo con las propuestas de reformas dadas
por agencias multilaterales, especialmente en lo que dice respecto al control de los
recursos y a políticas de responsabilidad fi scal introducidas.
El objetivo de este texto es analizar la relación entre corrupción y cultura política,
con foco en el caso brasileño. A partir de una investigación de survey realizada con ciu-
dadanos brasileños, analizaremos el sentido semántico que la corrupción ha asumido
en Brasil, así como los factores que componen la percepción del brasileño en cuanto a
esa corrupción y a sus impactos en la esfera pública. La primera sección del texto está
dedicada a analizar la corrupción como un problema de cultura política. La segunda
sección trata de su lugar en los procesos de democratización de América Latina. La
tercera parte analiza los factores institucionales y sociales de la corrupción en Brasil
y su impacto en cuanto a su percepción. Y en el último segmento concluye el texto
exponiendo la relación entre corrupción, cultura política y lucha anticorrupción.
La corrupción como un problema de cultura política
El concepto más generalizado para la corrupción la entiende como el “comporta-
miento de autoridades públicas que se desvían de las normas aceptadas para servir a
intereses particulares”.4 Las primeras teorías sobre la corrupción la suscribieron en las
teorías de la modernización, manteniendo una relación necesaria entre el problema
de la institucionalización y el del cambio social. Para la teoría de la modernización,
la corrupción está correlacionada con los procesos de cambio social, representando
momentos de disfuncionalidad de las instituciones políticas, según el peso de la tra-
dición en los procesos de cambio.5
Los procesos de cambio social promueven contextos políticos en los que la co-
rrupción aparece, porque la ausencia de institucionalización implica que las prácticas
políticas tradicionales se contraponen a las normas modernas, creando un hiato en el
que la corrupción prepondera como práctica realizada por políticos y burócratas. Ella
surge, de acuerdo con Huntington, cuando prácticas políticas tradicionales confron-
tan el cuadro normativo de la modernidad y representa momentos de mal funcio-
namiento de las organizaciones del sistema político, que crean sistemas de incentivo
para que ese tipo de comportamiento se convierta en algo común en la política. Esos
momentos de disfuncionalidad del sistema institucional están asociados al hecho de
que las organizaciones del sistema sean poco adaptables a los cambios, simples, suje-
tas a la captura por parte de la burocracia del Estado y poco cohesionadas. Cuando
pasa eso, según Huntington, la corrupción sucede en la política.6
En el contexto del desarrollo de las décadas de 1960 y 1970, las primeras teorías
sociológicas sobre la corrupción circunscribieron el problema en la cuestión del de-
sarrollo. Por esta razón, se pasó a analizar la corrupción desde la óptica de sus costos
y de sus eventuales benefi cios para el desarrollo, teniendo presente una ya creciente
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