Cooperación comercial: proceso negociador 1944-1950

AutorSusana Chacón
Páginas148-208
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V. COOPERACIÓN COMERCIAL:
PROCESO NEGOCIADOR 1944-1950
INTRODUCCIÓN
La naturaleza de la segunda Guerra Mundial asignó a Méxi-
co una calidad estratégica distinta de la meramente militar.
Su impacto económico como proveedor de materias primas
y de ciertos bienes terminados o semielaborados sería muy
importante a lo largo de todo el confl icto.1 Básicamente a
par tir de este contexto, el país presentó un énfasis distinto
en su economía en dos ámbitos: su desarrollo interno y su
política exterior.
Durante la guerra, en diciembre de 1942, se fi rmó un
tratado comercial entre México y los Estados Unidos. Con
el mismo se aseguró la entrada de productos estratégicos
mexicanos a la economía estadunidense; estos bienes eran
necesarios para el soporte y desarrollo de la guerra. Entre
otros tenemos, por ejemplo, el plomo, el zinc, y el man-
ganeso.
En su comercio con los Estados Unidos, México, a
cambio, recibiría maquinaria y productos terminados que
favorecieran el desarrollo de su industria. Durante este pe-
riodo, el gobierno mexicano concentra sus relaciones bási-
camente con los Estados Unidos, y convierte su economía
en una economía de guerra. Conseguir un mejor abasteci-
miento fue una de sus grandes preocupaciones en sus ne-
gociaciones con Washington.2
1 Torres, 1988, p. 25.
2 Torres, 1991, p. 44.
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COOPERACIÓN COMERCIAL
A pesar de que la relación se formalizó en 1942 con la
existencia del tratado comercial, el año de 1940 fue conside-
rado como el parteaguas en el que se comenzó la transfor-
mación de la economía mexicana. Pasó de ser una econo-
mía empobrecida por la Revolución mexicana, a participar
de manera activa en la economía bilateral e internacional.
A partir de su relación bilateral con los Estados Unidos se
establecieron vínculos con otros países.
Después de 1945 la relación bilateral se modifi có como
resultado de un nuevo escenario internacional. Esto suce-
dió, en parte, por la recuperación de la economía estaduni-
dense, y además por el fi n de la guerra misma. Razón por la
cual, así como desde 1940 comenzó el periodo de desarrollo
mexicano, el fi n del confl icto militar limitó su continuidad
por la vía establecida.
En muchos casos el gobierno de México no llegó a re-
cibir los supuestos benefi cios del tratado comercial. Sobre
todo, no recibió la maquinaria que requería para su des-
arrollo y para incentivar su industria. Además, una vez ter-
minada la guerra, los Estados Unidos concentraron su aten-
ción económica en la recuperación europea, y dejó de lado
su apoyo no sólo a México, sino también al resto de América
Latina.
Como se verá más adelante, incrementar su grado de co -
mercio le preocupaba, pero no fue éste el único objetivo de
México: también buscó aumentar su nivel de crecimiento,
industrialización y desarrollo. Lo anterior se vio alimenta-
do, sin duda alguna, por los resultados comerciales, pero
requería, sin embargo, apoyos alternativos. No bastaba con
au mentar las exportaciones de su industria emergente y con
un precario nivel de ahorro interno, sino que también había
que adquirir créditos e inversión.
En el presente apartado lo que nos interesa no es cono-
cer la negociación que se desarrolló en 1942. Se reconoce
que ésta es de suma importancia por ser el primer acuerdo
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formal en materia comercial entre ambos países. Además,
sabemos de antemano que México contó con una amplia
capacidad de negociación resultante del contexto de guerra.
Sin embargo, la situación posterior al confl icto es el tema de
nuestro interés: conocer la situación que se vivió una vez fi r-
mado el acuerdo de 1942; entender la actitud que ambos go-
biernos, mexicano y estadunidense, asumieron; y, por otra
parte, analizar los obstáculos y las difi cultades que enfren-
taron con el fi n de continuar una relación comercial, es la
materia que a nosotros compete.
Al igual que en el caso de la migración, se escogió el pe-
riodo posterior a 1942, ya que, en primer lugar, nos permitió
estudiar un proceso en el que la negociación, más que de co-
operación, fue básicamente confl ictiva. Además, la negocia-
ción de 1942 fue para cuestiones concretas de una economía
de guerra, mientras que la posterior es la negociación que
defi nió el nuevo modelo económico que debía seguir México
una vez que terminó la guerra. Este proceso negociador entre
ambos actores gubernamentales, mexicano y estadunidense,
defi nió el paso hacia una economía proteccionista que con-
llevó, posteriormente, el periodo del desarrollo estabilizador.
En algunas ocasiones, por el hecho de contar con un
acuerdo comercial, se pensó que la relación bilateral en di-
cho aspecto había quedado plenamente establecida. Sin em-
bargo, el cambio de intereses, así como de actores y expec-
tativas nuevas, limitó en gran medida el funcionamiento
propio del acuerdo. No es sino hasta el momento en que se
derogó el acuerdo (diciembre de 1950), cuando el nivel de
confl icto en la relación comercial bilateral se redujo. Es el
seguimiento de esta situación lo que aquí se presenta.
Al hacer un análisis sobre quiénes fueron los benefi cia-
rios del acuerdo comercial, vale la pena señalar que el mis-
mo fue muy útil como un primer impulso a la economía
mexicana, pero éste no fue necesariamente sufi ciente para
garantizar el suministro adecuado de bienes comerciales y

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