La regulación de la industria de telecomunicaciones en México. Fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades

AutorFederico González Luna Bueno
CargoSocio del Despacho Deschamps, González Luna y Álvarezdel Castillo, S.C
Páginas17-20

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Una buena1 forma de medir el avance económico de un país, se encuentra en el grado en que las telecomunicaciones concurren en las actividades de la vida diaria, no sólo por lo que en sí mismas representan como infraestructura sino por su enorme potencial para generar más riqueza. A más telecomunicaciones, más valor de la economía.

Desde el punto de vista regulatorio, las telecomunicaciones se parecen más a la banca o al mercado de valores que a la minería o al petróleo; es decir, viven dentro de una regulación particular, abundante y compleja en constante tensión entre la autoridad y los entes regulados, así como en las posiciones enfrentadas entre los competidores. Pensar en la regulación como la vía en la que circula el tren de las telecomunicaciones es un símil correcto. Será difícil que nuestro país alcance en esta materia un desarrollo con todo su potencial, si no contamos con un marco regulatorio eficiente y moderno, que recoja las mejores prácticas internacionales.

El marco regulatorio de las telecomunicaciones en México parte de los artículos 27 y 28 constitucionales, los cuales establecen el régimen legal de los bienes del dominio público de la Nación (que en nuestro caso particular incumbe al espectro radioeléctrico), así como la forma en que los particulares podrán intervenir en actividades sujetas a concesión (lo que incumbe a los cuatro tipos de concesión previstas en materia de telecomunicaciones).

La Ley Federal de Telecomunicaciones, piedra angular del marco regulatorio, señala las orientaciones más importantes de política pública, crea las instituciones y figuras fundamentales y establece las bases de lo que deberá ser la actuación de los particulares. Además, existen los tratados internacionales, la Ley de Vías Generales de Comunicación (cada vez con menos artículos vigentes), así como una gran diversidad de reglamentos, reglas, disposiciones administrativas y normas oficiales mexicanas.

Fortalezas

En términos generales, el marco regula-torio de las telecomunicaciones en México es adecuado, aunque es necesario revisarlo y modernizarlo. El instrumento legal más importante en materia de telecomunicaciones en México es la Ley Federal de Telecomunicaciones. Su importancia reside no sólo en el hecho de ser la Ley de la materia sino, fundamentalmente, por la orientación de políticas públicas que da a la industria. Si tuviéramos que poner una calificación al conjunto de la regulación en materia de telecomunicaciones podríamos afirmar que en la mencionada Ley se encuentran 70% de sus aciertos y fortalezas.

¿Y cuál es la orientación política de la Ley Federal de Telecomunicaciones?: dar a los particulares la mayor libertad posible para generar valor.

La ley parte de la base de que serán los particulares y no el Estado quienes habrán de invertir, generar empleos, introducir nuevas tecnologías, alcanzar acuerdos entre inversionistas nacionales y extranjeros, innovar y, sobre todo, prestar servicios al resto de la sociedad.

Con la puesta en vigor de la ley se rompieron muchas barreras a la entrada de los particulares en esta actividad (lo que, por cierto, concitó el enojo de los tradicionalistas y de los defensores del Estado omnipresente) y se promovió de manera decidida la competencia. A parecer, la ley dio seis libertades esenciales a los particulares:

• Decidir su entrada o no al mercado de las telecomunicaciones. Es decir, a partir de la ley, la obtención de una concesión de red pública de telecomunicaciones dependerá de que el particular cumpla ciertos requisitos técnicos y ya no de una decisión discrecional o arbitraria del Estado (o mejor dicho, de algunos de sus representantes) .

• Decidir qué servicios prestar.

• Decidir qué servicios de telecomunicaciones adicionar a los que ya estuviera ofreciendo en un momento dado.

• Decidir cuál sería el área geográfica de su concesión.

• Decidir el monto de las inversiones y la calidad de los servicios a ofrecer (partiendo de las características técnicas descritas por las normas oficiales mexicanas aplicables).

• Para decidir el precio de los servicios prestados.

La ley estableció, o mejor dicho, reconoció cuatro limitaciones a la actividad de los particulares, a saber:

• Estableció la obligación para los operadores de redes públicas de telecomunicaciones de llevar a cabo la interconexión de sus redes con las de terceros. Se trata de una obligación indispensable que permite que los usuarios de una red puedan comunicarse con los usuarios de otras redes. Imponer esta carga a los particulares permite que el conjunto de las redes del país puedan ser vistas como una gran red de telecomunicaciones, in-terconectada entre sí y con el resto del mundo. La interconexión es una institución esencial que potencia el valor de las redes de telecomunicaciones, y es esta obligación probablemente la decisión más importante de la Ley.

• Dada la escasez del espectro radio-eléctrico, estableció que el uso de ciertas bandas de frecuencias no sería libre y, en cambio, estaría sujeto a la obtención de una concesión a ser otorgada por el Estado vía licitación pública. El mayor mérito de la ley...

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