Tele-rifa

AutorFabrizio Mejía Madrid

Pero no nos importó. Igual quisimos adentrarnos en ese indómito continente de la mercadotecnia. Firmado por De la Riva Group, cuyos clientes han sido empresas de jugos, aseguradoras, un banco y otra tarjeta de débito, y que presume de hacer sus estudios midiendo las "reacciones fisiológicas" de sus potenciales clientes y de leerles las expresiones faciales, el estudio se llama "México rifado", según Jenaro Villamil (Proceso, 2077) -lo cito para no ser acusado de "errores de estilo" -, repartido entre "creativos" y productores de la televisora durante todo este año.

Lo primero es "lo rifado". Pensamos que, por fin, el país iba a ser subastado a la suerte -o la presidencia de la República, como parece que ya ocurrió- pero nos abismamos con el nuevo concepto: "no ser un chin-gón, sino rifado". En busca de una luz, el texto -más dibujos que letras, porque se sabe que los "creativos" retienen mejor con el puro hipotálamo- establece una diferencia entre "competitivo" -un encorbatado se vanagloria en la cúspide de una montaña de cadáveres- y "competente" -un dependiente de las Farmacias Similares con un juego de alas mecánicas-. Vaya. No entendimos. Es la sección llamada "10 cambios de actitud" donde se oponen conceptos que hasta este momento no nos parecían oponibles: un televidente quejándose de si fue penal o no contra un jugo de apio; las lágrimas de unos ojos contra Mary Poppins; un globito de historieta con "bla-bla-blá" contra un muchacho con una manta donde se lee "Feliz Cumple, bache"; un aguacate contra una botella de merlot; un licenciado regalando una despensa contra una pareja sembrando una planta; un doberman contra un perro chihuahua; un hombre enojado sobre un charco de sus lágrimas -al menos queremos creer que de eso está lleno el charco- contra una yogui meditando. Si leemos -pero qué ñaca- desentrañamos que se trata de ir de las "soluciones del pasado" a las "renovadoras". Por alguna razón, es ir de Porfirio Muñoz Ledo -al que califican como "impostado, teatral, uniformado, demagógico y vertical"- a Marcelo Ebrard -"conversacional, convivial (será por las vialidades), semi-formal y horizontal"- o, extrañamente, del mariachi a Café Tacvba, o del tequila al mezcal. No sé qué oyen o beben Muñoz y Ebrard pero los ejemplos contienen la llaneza y claridad de un códice maya. Hay otra referencia a la política vernácula: un dibujo de un muchacho furioso, con una camiseta anarquista, y un letrero: "Fue un compló". No se sabe si eso...

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