La respuesta oficial: improvisación y engaños

AutorJesús Cantú

Dedicaron más tiempo a intentar que pasara inadvertido que a buscar la mejor forma y momento de instaurarlo. Por supuesto, ni siquiera pensaron en medidas para aminorar su impacto negativo. Lo evidencian el titubeante discurso presidencial el mismo día que anunció el cambio en la Secretaría de Relaciones Exteriores, sin argumentos ni datos, simplemente apelando tímidamente a la comprensión; su posterior mensaje en cadena nacional, al día siguiente, lleno de manipulaciones y falsedades; y, desde luego, la firma de un documento cargado de buenas intenciones, pero sin acciones específicas nuevas ni compromisos concretos.

En noviembre de 2016 el Congreso de la Unión aprobó la modificación al artículo 14 transitorio de la Ley de Hidrocarburos (que formó parte de las legislaciones secundarias incluidas en la reforma energética en diciembre de 2013) para adelantar la libera-lización de los precios de las gasolinas y el dísel, del primero de enero de 2018 al mismo día de 2017, así que desde ese momento sabían que venía el gasolinazo.

No se necesita ser muy suspicaz para saber que la modificación se hizo para tratar de evitar el impacto que el incremento tendría en las elecciones presidenciales de 2018, así que sí sabían de sus consecuencias negativas, pero en lugar de buscar mitigar los daños a la economía familiar, prefirieron contener el impacto negativo en la sucesión presidencial.

La manipulación de los datos es muy burda; no se requieren especialistas para detectarla. Una de las más evidentes es que el gobierno recauda vía el Impuesto Especial a Productos y Servicios que aplica a las gasolinas y el dísel 50% más de lo que le costaría el supuesto subsidio a la misma. En su segundo mensaje, el jueves 5, Peña Nieto afirmó que el subsidio a la gasolina representaría en 2017 aproximadamente 200 mil millones de pesos, pero de acuerdo con la Ley de Ingresos de la Federación, el IEPS a las gasolinas le reportará un mínimo de 280 mil millones de pesos, con lo cual si no se hubiese movido el precio de las gasolinas, en realidad no habría ningún subsidio al consumo, pues en el precio integral el propio consumidor lo estaría pagando.

Así, con el aumento al precio del combustible, el gobierno lo que hace en realidad es transferir la carga fiscal que antes le cargaba a Pemex (que explica las precarias condiciones financieras en las que se encuentra la empresa) al consumidor final. Esta es la razón por la cual el precio de la gasolina en el vecino país del...

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