Responsabilidad social: no a la indiferencia

AutorMtro. Rubén Vargas Quiñones
CargoExdirector de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Juárez del estado de Durango
Páginas12-13
Mtro. rubén Vargas Quiñones
Exdirector de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Juárez del estado de Durango
librería.vargas@gmail.com
Síntesis
Es indudable la relevancia que ha adquirido el
trabajo del Contador Público en las empresas
y en la administración pública, así como los
ambientes político y económico en el que
presta sus servicios profesionales. Estos
factores obligan a analizar y adecuar los planes
de estudio de la licenciatura en Contaduría,
lo cual, a decir del autor de este artículo,
debiera realizarse de manera conjunta con
las instituciones afiliadas a la Asociación
de Escuelas y Facultades de Contaduría y
Administración, poniendo al Contador como
figura central en el análisis de los principales
problemas que afligen a México.
En diversos medios informativos estatales, regio-
nales y nacionales se han dado a conocer algunos
actos de corrupción detectados en las esferas
gubernamentales en sus tres niveles: federal,
estatal y municipal, en los cuales se mencionan por
estar involucrados algunos miembros de nuestra
profesión, en su calidad de servidores y funcionarios
públicos que desempeñan altas responsabilidades en
la toma de decisiones, afectando, a nal de cuentas,
a la sociedad en general por ser de interés público.
Se señala a Contadores independientes, consultores
de entidades públicas centralizadas, descentraliza-
das y autónomas, que son sujetos a investigación
por supuestos delitos, denominados delitos de cuello
blanco, lo cual, evidentemente, enciende una señal de
alerta que debe preocuparnos y ocuparnos antes de
que llegue a afectar la imagen institucional de nues-
tro organismo colegiado, imagen bien ganada gracias
al digno comportamiento de muchas generaciones
que le han da do lustre y prestigio a tan noble profesión
y que nos fue heredada a las nuevas generaciones y
obtenida con esfuerzo y amor para la organización que
ha ganado un lugar y reconocimiento en el contexto
de la sociedad mexicana, y más aún en el concierto
mundial donde se le respeta y admira.
Es indudable que la administración pública se ha
convertido en un campo profesional amplio donde el
Contador Público ha incursionado y en el cual actúa
desde hace tiempo, con todo lo que implica su des-
empeño, en un ambiente donde campean la ambición,
el poder y la corrupción; por lo tanto, es evidente que
la dinámica de su actuar adquiere importancia para el
organismo que nos agrupa: el Instituto Mexicano de
Contadores Públicos, así como los Colegios aliados,
Responsabilidad social:
no a la indiferencia
Responsabilidad social:
no a la indiferencia
con un papel preponderante en la lucha que todos los
mexicanos debemos emprender y coadyuvar en las
acciones necesarias para vencer este agelo que tan-
to daña a México.
Participar por medio de la Vicepresidencia de Docen-
cia y de las comisiones de Ética Profesional y Res-
ponsabilidad Social en un amplio programa de
difusión en las instituciones pertenecientes a la
Asociación de Escuelas y Facultades de Contaduría
y Administración (ANFECA), mediante un plan estra-
tégico de reforzamiento de los programas de estudio
actuales que tenga como objetivo fundamental situar
al Contador Público, en el análisis de la corrupción en
México, evitando que su análisis no sea supercial,
sino, académicamente, el tema básico en la formación
profesional futura.
Estamos ciertos de que el contenido de los pro-
gramas universitarios establecidos en la formación
académica del Contador Público o Licenciado en
Contaduría se orienta a la formación del profesional
para su ejercicio independiente y da énfasis a los
servicios que se prestan a las empresas privadas
en áreas que son denidas por las características
de la entidad, región o mercado laboral; por lo tanto,
se debe profundizar sobre el papel del Contador en
ámbito público.
No hay duda de que los planes de estudio de la profe-
sión son actualizados constantemente y responden
a los cambios tecnológicos y económicos propios
de una sociedad en constante cambio y demandan-
te de mayor producción y productividad de los secto-
res del desarrollo integral de nuestro país: empresas
públicas y privadas, en las cuales la Contaduría Públi-
ca desempeña un papel cada día más relevante y, por
ende, la sociedad reclama de la profesión, no tan solo
un servicio altamente eciente, sino la actitud respon-
sable social y ética; en especial, cuando se trata de
una función pública cuya normatividad no sea letra
muerta y sí, en cambio, que su aplicación y contenido
losóco sea ejemplo vigente y práctica constante,
aceptando la orientación de sus documentos básicos,
haciendo honor al legado de nuestros ilustres ante-
cesores, cuyo ejemplo tutela a nuestro organismo
colegiado; su acervo nos enorgullece, pues consti-
tuye la columna vertebral de nuestra existencia como
profesión.
Dado el contexto descrito y el carácter humanístico
que da sentido a la existencia del Instituto Mexicano
de Contadores Públicos y sus Colegios Federados, no
se puede ni se debe cerrar los ojos ante esta realidad
y sí, en cambio, emprender una acción inmediata que
ponga en el centro de análisis y discusión, la reexión
colegiada sobre la corrupción como problema que
agobia a nuestra sociedad y que constituye la más
grande crisis que habremos de enfrentar para sanear
las organizaciones públicas y privadas afectadas por
este mal social existente.
Démosle difusión permanente a nuestro Código de
Ética Profesional y asumamos con amplio sentido
cívico el compromiso con nuestra patria, respetemos
la responsabilidad social que voluntariamente esco-
gimos como Contadores Públicos. ¡No podemos per-
manecer indiferentes!
Hagámosle saber al joven estudiante en las aulas, en
el despacho o en el servicio público que, a pesar del
terrible porvenir que algunos nos presentan, la vida
profesional nos ofrece más campos fértiles en los que
cosecharán los mejores frutos, si ellos siembran con
vocación de servicio los más grandes valores que la
sociedad nos reclama.
En n, aceptemos que desgraciadamente existe ese
mal llamado corrupción y que estamos inmersos en
esa terrible realidad social. Tenemos las armas nor-
mativas para que, con voluntad y vocación de servicio,
reforcemos la difusión amplia y permanente de nues-
tro Código de Ética Profesional y auténtica respon-
sabilidad social.
Siempre he cuestionado a algunos gobiernos estata-
les por qué el área de Finanzas Públicas no era prefe-
rentemente asignada al Contador Público, al igual que
otras áreas de revisión, evaluación y control que son
ocupadas por profesionales de otros perles, excepto
la Contaduría.
La sociedad reclama
de la profesión, no tan
solo un servicio
altamente
eficiente, sino una
actitud responsable
social y ética
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