Con proyecto de decreto que reforma y adiciona los artículos 2 a 4, 5

Fecha de publicación17 Octubre 2013
Número de Gaceta XVI - 3887
SecciónAnexos

Con proyecto de decreto que reforma y adiciona los artículos 2 a 4, 5-A y 19 de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, para establecer un gravamen especial a la comida chatarra, presentada por el senador Armando Ríos Piter, del Grupo Parlamentario del PRD

México, DF, a 15 de octubre de 2013.

Secretarios de la Cámara de Diputados
Presentes

Me permito comunicar a ustedes que en sesión celebrada en esta fecha, el senador Armando Ríos Piter, del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, presentó iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman y adicionan los artículos 2 a 4, 5-A y 19 de la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, para establecer un gravamen especial a la comida chatarra.

La Presidencia, con fundamento en los artículos 66, párrafo 1, inciso a), y 67, párrafo 1, inciso b), de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos; y 174, 175, párrafo 1, 176, 177, párrafo 1, y 178 del Reglamento del Senado, dispuso que dicha iniciativa, que se anexa, se turnara a la Cámara de Diputados.

Atentamente

Senadora Ana Lilia Herrera Anzaldo (rúbrica)

Vicepresidenta


Quien suscribe, senador Armando Ríos Piter, integrante del Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática en la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, con fundamento en los artículos 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; y 8o., numeral 1, fracción I, 164, numeral 1, 169 y 172 del Reglamento del Senado de la República, somete a consideración de esta soberanía iniciativa con proyecto de decreto por el que se establece un gravamen especial a la comida chatarra, al tenor de la siguiente

Exposición de Motivos

El derecho a la protección de la salud implica la responsabilidad del Estado para desarrollar una serie de acciones impositivas que busquen resguardar la salud de su población, o bien, repararla cuando ha sido afectada.

La obligación del Estado de cubrir a través del gasto público lo vinculado con la protección de la salud constituye una tarea esencial y rectora de toda discusión fiscal. Por ello, la necesidad de establecer contribuciones que generen los ingresos públicos que permitan solventar tales gastos y, de manera paralela, que inhiban conductas nocivas a la salud, es una herramienta fundamental.

Una de las obligaciones más importantes del legislador es velar por la protección de los niños y las niñas y garantizar a través de las políticas públicas su acceso a la salud y a una vida sana. Sin embargo, igual que la pandemia de la desnutrición que asuela las regiones más pobres del país, la obesidad y el sobrepeso se ha convertido en otra amenaza para nuestra sociedad, afectando principalmente a nuestros hijos y la posibilidad de garantizar una vida saludable en su futuro.

De acuerdo con la Segunda Encuesta Nacional de Nutrición (1999), se encontró una alta prevalencia de sobrepeso en niños de 10-17 años de edad. Conforme a los criterios de evaluación internacionales propuestos por la International Obesity Task Force (IOTF), un total de 18.8 por ciento de niños y 22.3 de niñas tuvieron sobrepeso, así como 9.0 de niños y 8.2 de niñas presentaron obesidad. La prevalencia de sobrepeso para la población adolescente (12 a 19 años), en el sexo femenino fue de 23.3 por ciento, mientras que en el sexo masculino fue de 21.2. Esta prevalencia ha aumentado, sin importar el nivel socioeconómico, como se ha documentado en las encuestas nacionales de 1988, 1999 y 2006. Por ejemplo, en niñas en edad escolar (5 a 11 años), el sobrepeso aumentó 27 por ciento y la obesidad 47 en sólo 7 años (de 1999 a 2006), mientras que en mujeres adolescentes, en el mismo periodo, se observó un incremento de 7.8 para sobrepeso y 33.3 para obesidad.

Asimismo, la SEP también señaló que de 1988 a 2006 se observó un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad en niños de 2 a 4 años de 6.8 por ciento, usando el sistema de clasificación del IOTF. El aumento en sobrepeso entre 1988 y 2006, usando las nuevas normas de la OMS publicadas en 2006, es de 23 por ciento. La Academia Mexicana de Pediatría, AC, y la Academia Nacional de Medicina de México, AC, indican que casi 70 por ciento de los adultos mayores de 30 años y 26 por ciento de los niños en edad preescolar sufren de sobrepeso y obesidad, pero sobresale que la tasa de sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años se mantuvo cerca de 16 por ciento entre 1998 y 2006.

La transición nutricional que experimenta el país tiene como características una occidentalización de la dieta, en la cual: aumenta la disponibilidad a bajo costo de alimentos procesados adicionados con altas cantidades de grasas, azúcar y sal; un aumento en el consumo de comida rápida y comida preparada fuera de casa para un sector creciente de la población; disminuye el tiempo disponible para la preparación de alimentos; aumenta la exposición a publicidad sobre alimentos industrializados y productos que facilitan las tareas cotidianas y el trabajo de las personas, disminuyendo su gasto energético; aumenta la oferta de alimentos industrializados en general y disminuye la actividad física de la población.

Además del aumento en la densidad energética y del sodio en la dieta, el consumo de bebidas calóricas ha aumentado en los últimos años. México se ha convertido en el mayor consumidor de refrescos en el mundo, rebasando a los Estados Unidos con un consumo mayor a los 163 litros por persona al año.

México supera ya en 40 por ciento a Estados Unidos en el consumo de refrescos por persona y nuestra población infantil ya rebasa en sobrepeso y obesidad a la estadounidense. El consumo de bebidas carbonatadas en México es la principal fuente de calorías, cerca de una cuarta parte provienen de los refrescos. La Secretaría de Salud ha señalado que el alto consumo de energía a través de los refrescos es una de las causas principales de la epidemia de sobrepeso y obesidad. La falta de acceso a agua potable gratuita en escuelas y espacios públicos ha sido el más efectivo mecanismo de promoción del consumo de bebidas altas en calorías. De acuerdo con el Banco Interamericano y del Instituto Nacional de Evaluación para la Educación, 37 por ciento de las escuelas primarias rurales en México no tiene agua potable y 44 por ciento no cuenta con baños.

En el contexto escolar los alumnos tienen acceso de alimentos y bebidas con valor nutrimental que no son acordes con sus requerimientos. La Encuesta Nacional de Salud en Escolares (ENSE) 2008 señala que los alimentos y productos con mayor disponibilidad en las primarias son 81.2 por ciento dulces, 78.8 botanas industrializadas y 77.1 tortas y sándwiches. En secundaria, 87.9 por ciento son refrescos. De los alimentos que se comercializan al interior de las escuelas, 71 por ciento es de tipo industrializado, mientras que 29 por ciento son preparaciones de tipo artesanal. Asimismo, hay un uso excesivo de grasa en los alimentos preparados y 90 por ciento de las escuelas ofrece bebidas con alto contenido de azúcar.

Todos estos elementos favorecen el desarrollo de los problemas actuales de sobrepeso y obesidad. La urbanización junto con los cambios sociales, tecnológicos y económicos ha implicado modificaciones importantes en los patrones de...

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