Mito y razón Breve reflexión sobre la Universidad contemporánea

AutorArnaldo Platas Martínez
CargoInvestigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana
Páginas1-15

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Introducción

Uno de los temas más provocativos, en la actualidad -particularmente en América Latina-,1 es la relación entre sociedad y Universidad. Por lo regular, la cuestión Page 2 incita a una serie de discusiones, sentimientos y reacciones que impiden llegar a conclusiones que satisfagan a todos los actores implicados en la interactuación de las dos instituciones. La literatura es vasta. Es suficiente con asomarse a las colosales listas bibliográficas que sobre el tema existen: enormes ringleras de textos con los títulos más diversos, y que al final se desplazan en el sentido de la aseveración "no hay respuesta posible", ni conclusiones luminarias que permitan ilustrar las múltiples relaciones entre ambas. Una cosa es segura para el futuro, sin necesidad de caer en los presagios, la discusión habrá de prolongarse más allá de nuestra finitud, tanto como universitarios como miembros de alguna de las comunidades que en la modernidad tienen carta de naturalización.

Y es que el tema constituye una especie de poliedro. Tiene demasiadas aristas, y en la medida que más se le observa, aparece un número mucho mayor de puntos de contacto, que en ocasiones consideraría que la Universidad es la refracción de la sociedad, y ésta el reflejo de aquélla, sin encontrar suficientemente la línea fronteriza de separación. Al final de cuentas, Borges2 puede tener razón en la idea de que los espejos son parte de un conocimiento que no nos hemos aventurado a descifrar, y esto hace exactamente con esta relación prototípica entre sociedad y la Universidad Pública.3 Los espejos fundan una realidad diversa, que en ocasiones la lógica aristotélica poco puede hacer en el sentido de desciframiento de esa realidad, que emerge con lo cotidiano de nuestra sociabilidad y de toda forma de conocimiento.

La intención del presente trabajo es abismalmente modesta; se concreta a visualizar algunos de los rasgos más destacables de la simbiosis arriba anotada. Por decirlo, en términos de la geometría ordinaria, conocer simplemente la punta del iceberg, aunque sabemos que lo más importante se encuentra en la base que sustenta a la Universidad y a la misma sociedad. Y es una base, que como las figuras platónicas habremos de ir descubriendo de forma paulatina, sin llegar jamás a la comprensión total. Es por ello que la razón juega un papel bastante importante, pero también la intuición, que obedece a otros ritmos de la lógica. Page 3

Por tanto, las premisas en las que descanso mi ensayo son escuetas, como la llaneza de un boceto. La primera de ellas consiste en la que si bien la Universidad es de inicio reflexión, también se debe plantear la hipótesis que esa reflexión es argumentativa; lo que nos lleva a aseverar que la Universidad es una constante en movimiento, que permea todos los elementos sociales. La segunda de las premisas se halla fundada en la idea que la Universidad en América Latina siempre se ha encontrado vinculada a su entorno social, y no necesariamente al Estado. Y Esta premisa es bastante importante en todos los sentidos. El origen del Estado en Europa y nuestra América es desemejante. Las rutas de su creación obedecen a leyes sociales también diferentes. El centroeuropeo es producto de una mercantilización del poder, en tanto, que en América Latina, el Estado es producto de las clases en el poder que llegaron a ciertos acuerdos para privilegiar sus propios intereses que irrumpieron desde los primeros años de colonización. Así, la colonización es un término que no se agotó en su reflexión, y quedaron muchas cuestiones pendientes en su matriz. En consecuencia, la Universidad a la que me habré de referir, con las excepciones del caso, es la Universidad del continente americano, y particularmente la UP, que como paradoja de la economía de mercado dio paso a la Privada, que ahora domina las grandes planicies americanas.

Pero el personaje central está localizado en el hombre, y la mujer, desde luego. El ciudadano en la mejor de sus significaciones. El que cotidianamente requiere de nuevas formas de conocimiento accesiblemente democrático; el que desea tomar decisiones, en la libertad, y con las capacidades y la información pertinente, con los juicios de valor y argumentativos lo suficientemente solventes para quedar éticamente satisfecho. En fin, el hombre destino y origen de la democracia contemporánea.

1. Las definiciones

Uno de los mayores inconvenientes de las ciencias modernas, y todas en su conjunto, consiste en las limitaciones del lenguaje. Popper lo indicó en su momento y la afirmación cada día se ha vuelto mucho más contundente. El ejemplo lo encontramos en la definición del tema que ahora nos convoca, y además que por su templanza nos retiene. Tanto sociedad, en su dimensión de categoría y concepto, y a la vez, Universidad poseen, en común, elementos que integran una red conceptual; sin embargo, el problema radica en la interacción de dichos componentes comunitarios. Se debe tener en cuenta que las definiciones son importantes cuando reflejan un estado de cosas de manera estática, la Física es buen ejemplo de ello, puesto que los fenómenos son constantes, y cualquier variedad a los mismos rompe con la definición descriptiva; en cambio, en los Page 4 acontecimientos sociales, y de manera muy particular, en lo que corresponde a sociedad y Universidad, lo importante no son las categorías o elementos que integran la definición, sino propiamente las múltiples interrelaciones que tienen dichas categorías entre sí, y con otros conceptos o redes lexicográficas, que se hallan constantemente en movimiento. Así, cuando hablamos de sociedad lo alcanzamos hacer desde múltiples perspectivas, ideologías, funciones, puesto que lo que ponemos en movimiento son diversos actores que interactúan al interior de la propia sociedad, o en su caso, de la Universidad en general. No hay un concepto de sociedad en abstracto, como tampoco lo hay de universidad; en todas las situaciones tenemos que referirnos de manera particular a una sociedad en concreto, con múltiples vivencias, con procesos históricos individuales, con funciones también muy particulares, y con una manera de "ser" en el mundo irrepetible, al igual que cualquier ser humano que transita este mundo. Lo mismo sucede con Universidad; cuando se discute de ésta tenemos que acercarnos de manera invariable a su componente social, tanto histórico como actual.

Es por ello que no habremos de aludir a la universidad o a la sociedad con una toma de posición originaria, sino simplemente tendremos de referirnos a un tipo de sociedad, y UP, cuya principal definición se encuentra en los procesos históricos de América Latina.

La América que es una mezcla, a veces dotada de incertidumbres en su propia comprensión, de tres grandes rutas culturales que se implantaron en ella: la indígena, la hispánica -con todas sus mezclas históricas-, y la africana, que también poseen una serie de mixturas transculturales, que en ocasiones es imposible descifrar dadas las condiciones de nuestra percepción cultural.

Sucede otro tanto con la Universidad de América latina. Hay que aceptar que el origen de la misma no es el mismo que el de la Universidad Centroeuropea; ésta es legataria de una tradición social y educativa diferente. Tiene como gozne la justificación de una racionalidad fundada en una teología que veía al hombre como el centro del universo; el conocimiento no consiste precisamente en buscar al interior del humano, sino fuera de lo humano. La Universidad Medieval está asentada sobre dos piedras angulares que le han permitido subsistir a lo largo de los siglos. La primera de ellas se expresa en una razón suficiente en la Teología, como el instrumento más importante para encontrar la verdadera naturaleza del hombre, y en segundo lugar, que es la razón la que confiere libertad: cuando el hombre rompe con la divinidad metafísica. Es la fundamentación kantiana de la ilustración, por supuesto vestida con nuevo ropaje, pero retomando su naturaleza prístina de cualquiera de aquellos dos modelos medievales, la asociación de Page 5 profesores o la asociación de alumnos, -París o Bolonia-. En la América Latina la Universidad tiene otra articulación.

2. Las Máscaras de la razón

Como lo dijo Carlos Fuentes4 América Latina tiene diversas máscaras. Y una de esas máscaras se localiza en la Universidad. La máscara es una forma peyorativa de cubrir el rostro como lo enseñó la doctrina religiosa después de siglo XI; también, la máscara es la encarnación de otra forma de entender la realidad, de juzgar el asombro ante el mundo, (Aries, 1992) de "estar" en el mundo, de percatarse de que el entorno se recompone cada vez que asumimos una máscara, porque la misma individualiza, y además permite construir al ser, transformarlo, hacerlo otro, transfigurarlo en el sentido real del vocablo y con ello también reconstruir la realidad. Por ello la Universidad es...

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