México no es una potencia cultural mundial

AutorBlanca González Rosas

Ubicada como "Cultura, arte, recreación y deporte" en el inciso 3.8 del eje "Igualdad de oportunidades", la información sobre la gestión del subsector cultural, bajo la responsabilidad de Consuelo Sáizar al frente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) descubre, como primer punto, la necesidad de redefinir el sentido que debe tener el uso, protección, mecenazgo y promoción del patrimonio artístico. Convertido en el ámbito global en un producto no sólo relacionado con la educación y el entretenimiento, sino también con la construcción de ciudadanía -identidad, convivialidad-, desarrollo económico -mercado, turismo- y estrategia geopolítica -marca-país-, el arte y su gestión deberían vincularse con el eje 2 "Economía competitiva y generadora de empleos" y el eje 5 "Democracia efectiva y política exterior responsable".

Diseñada con base en una política limitada, que centra su atención en el gasto y no en la calidad de los servicios, la administración de Sáizar con Teresa Vicencio al frente del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), basa su desempeño en elevadas y arbitrarias erogaciones: 714 millones para infraestructura museística, 100 millones para adquisición de obra de arte (Proceso 1817), 321.5 millones para estímulos a la creación. Esta última, una de las peores políticas de Sáizar, ya que el aumento de casi 50% que ha promovido desde su ingreso a Conaculta, además de fomentar la sobreproducción artística por la falta de programas de difusión y circulación, es también una carga financiera exponencial para el subsector.

Y por último, la falta de...

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