Ley de seguridad y estado de excepción

AutorJavier Sicilia

La diferencia con los totalitarismos de principios del siglo XX es que mientras ellos, bajo el estado de excepción, cuyo fundamento es el terror, la muerte y la anomia, gobernaban en beneficio de una ideología, el estado de excepción en el México de hoy lo hace para el mercado y sus intereses.

Pese a lo que muchos de los detractores de esa Ley han expresado, este tipo de gobierno no es un retroceso hacia formas superadas de la vida política. Por el contrario, es, como lo analiza Giorgio Agamben en Estado de excepción, una práctica deliberada de los Estados contemporáneos -incluidos los denominados democráticos- que, desde el surgimiento de los totalitarismos, la han incorporado a su razón de ser bajo supuestos de amenazas terroristas o de otra índole. Frente a la imparable progresión de lo que, desde el proyecto globalizador, se ha definido como "una guerra civil mundial", "el estado de excepción -dice Agamben- tiende a presentarse cada vez más como el paradigma de gobierno dominante en la política contemporánea".

Desde hace 12 años, el Estado mexicano ha hecho suyo ese paradigma y buscará a cualquier precio -lo intentó en su momento Felipe Calderón- institucionalizarlo y convertirlo en su forma dominante de gobierno, lo que transformará de manera radical -de hecho ya lo ha transformado de manera fáctica- el sentido tradicional de la vida política, convirtiéndolo en un ambiguo y aterrador umbral entre la democracia y el absolutismo.

Bajo ese tipo de gobierno, al mismo tiempo que el Estado reconoce los derechos constitucionales de sus ciudadanos, los suspende en nombre de esos mismos derechos. El antecedente más cercano a nivel mundial y dentro de un Estado democrático que recuerdo es el military order, promulgado por el presidente de los Estados Unidos George Bush el 13 de noviembre de 2001, que autorizaba la in-definite detention y el procesamiento por military comissions, de los no-ciudadanos sospechosos de estar implicados en actividades terroristas.

Al igual que el "orden militar" de Bush, la Ley de Seguridad Interior eliminará radicalmente -con ésta o con una redacción más completa y específica- cualquier estatuto...

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