Para leer

Páginas78-79
78 abogacía Mayo 2023
Para leer
Santiago Nieto Castillo
EL CAMINO DE MÉXICO
Conocí a Marcelo Ebrard desde el inicio de mi pos-
grado. Por alguna razón conversé con él, primero
cuando constituía con Manuel Camacho el Partido de
Centro Democrático (
pcd
) y después cuando fue jefe
de Gobierno y yo magistrado electoral regional. Sin
embargo, mi verdadera relación con él inició cuando
Luz María Rodríguez me contactó para que Marcelo
y yo nos tomáramos un café después de la sacudida
que para mi vida fue mi ilegal destitución de la Fiscalía
Especializada para la Atención de Delitos Electorales.
Marcelo me invitó a la Cuarta Transformación y me
presentó al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El resto es de sobra conocido.
El camino de México
es la visión retrospectiva, intros-
pectiva y prospectiva respecto de la vida del canciller. En
la primera parte se relata su ambiente familiar. Particu-
larmente la abuela feminista y vasconcelista va a forjar
una parte importante del desarrollo y el pensamiento
que tendrá Marcelo Ebrard en el futuro. Su paso por la
preparatoria y los primeros movimientos políticos para
frenar el avance de grupos conservadores (
muro
, por
ejemplo) y, por otro lado, corregir las injusticias que
eran frecuentes en esos años y hoy en día en los centros
educativos y en el mundo rural mexicano, son algunos
ejemplos de su formación social.
Creo que también es importante la referencia a su
trayectoria en el gobierno del Distrito Federal, ahora
Ciudad de México, y a la resolución de crisis. En este
libro se da cuenta de la reconstrucción de la ciudad
después del sismo de 1985; el ataque a la contaminación
en 1991, que había generado la muerte masiva de aves,
incluyendo la afectación a la salud de las personas del
Valle de México, y las crisis de seguridad que tanto en el
gobierno de Andrés Manuel López Obrador como cuando
él fuera jefe de Gobierno de la ciudad, enfrentó para
reducir, como hizo, la incidencia delictiva en la capital.
En ese sentido, la obra muestra un rostro humano, pero
también la ecacia gubernamental de Ebrard.
Mario Moisés Mansilla Moya
EL ESTADO EMPRENDEDOR
LA OPOSICIÓN PÚBLICO
VS.
PRIVADO Y SUS MITOS
La imagen del Estado está bajo ataque. Es común que se nos diga que
tenemos que hacer al Estado más pequeño y que el sector privado en
el “mercadosea más grande porque es lo que realmente impulsa el
crecimiento y todo lo que debe hacer el gobierno es corregir las fallas
del mercado donde surgen.
El Estado debería limitarse a nanciar escuelas, hospitales, carreteras
y ese tipo de cosas que son importantes porque son necesarias, pero
aburridas. Incluso cuando el Estado empieza a intervenir de manera
más activa que reactiva, los economistas suelen compararlo con el
Leviatán hobbesiano. Así que el Estado es el gran monstruo. Incluso
tenemos la idea de que la labor estatal siempre es lenta y burocrática,
sin innovaciones ni cambios.
La conclusión a la que llegan los economistas es que, para tener
grandes empresas como Google, Facebook y Amazon, deberíamos
reducir el Estado y agrandar el mercado.
Pero en realidad esta idea ha sido sostenida por razones ideológicas.
Y ha producido un gran daño en términos de cómo los economistas
entienden el papel del sector público en la economía capitalista.
En este libro la autora se dedica a desmentir esta imagen. Por ejem-
plo, en el capítulo más extenso de la obra arma que si se desarma un
iPhone y se analiza cada una de sus partes, descubriremos que cada
una fue nanciada por el Estado. Así, éste no sólo nanció escuelas y
hospitales, sino a los trabajadores que hicieron la investigación del
iPhone y a la tecnología de comunicación detrás del iPhone, como
internet, el gp s y la pantalla táctil. También nanció directamente
—a través de una especie de esquemas de capital de métrica pública,
como el esquema de innovación de pequeñas empresas en Estados
Unidos—algunas de las empresas más innovadoras, de manera que
Compaq, Intel y Apple recibieron su nanciación inicial del Estado,
no de capital de riesgo privado.
Mariana Mazzucato sostiene que el capital privado es mucho menos
arriesgado de lo que a menudo se arma. Porque es el capital público
el que invierte en investigaciones tecnológicas cuando éstas aún son
inciertas y el capital privado únicamente invierte cuando se trata de
probabilidades, esto es, cuando el avance
de la investigación inicial hace que dismi-
nuya la incertidumbre y el riesgo.
______
Mariana Mazzucato
Penguin Random House
2022
Para acceder al libro:
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