Justicia social, desigualdad e instituciones

AutorHilario Barcelata Chávez
Páginas318-319
La Economía Mexicana. Crisis y reforma.
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Hilario Barcelata Chávez
318
no sólo la riqueza está cada vez más lejana para las mayorías, sino que también es
lejana la posibilidad de corregir esa situación debido a la pérdida de la soberanía
económica que significa entregar los activos nacionales a manos extranjeras.
Este país cada vez se parece menos al que tuvimos alguna vez, el problema es que
cada vez, se parece menos al que quisiéramos tener.
JUSTICIA SOCIAL, DESIGUALDAD E INSTITUCIONES. 8 de septiembre de 2001
Es innegable que las políticas de reforma económica implementadas en México desde
los ochenta, han generado estabilidad y crecimiento, pero, también, han propiciado un
profundísimo déficit social. Hecho inadmisible, porque se ha acrecentado el caudal de
pobres, que han acrecentado su pobreza y su número en la estadística nacional.
Inadmisible, porque esto ha dejado al país en medio de una dramática y grosera
desigualdad económica: por un lado los más ricos mexicanos, que son también los
más ricos del mundo y por otro lado, los pobres mexicanos que apenas sobreviven -
como los más pobres del mundo- con un ingreso de 18 pesos diarios o menos -y casi
siempre menos-. Inadmisible porque producir riqueza sin un reparto equitativo, es
generar crecimiento sin desarrollo, y así, no puede haber justicia.
La reforma económica se ha sustentado en la filosofía liberal cuya premisa básica
consiste en la libertad individual irrestricta de participar en los intercambios
económicos, es decir en el mercado. Para lo cual hay que otorgar a los individuos
igualdad de oportunidades. Sin embargo, esta filosofía no nos dice, -en un acto de
omisión imperdonable- que dicha igualdad implica que todos estén en condiciones de
satisfacer, aunque, sea mínimamente, sus necesidades básicas y tener los medios
para participar en el mercado exitosamente, es decir, para que éste les produzca
progreso. Sin esta condición de igualdad, las personas no pueden hacer uso de esa
libertad. Y es que ahí donde todo se decide mediante la competencia, siempre habrá
ganadores y perdedores. Y los ganadores podrán potenciar sus triunfos, tanto como la
ventaja de ser ganadores les permita y los perdedores se sumirán, en cada nueva
etapa de la competencia, en la más profunda de las pobrezas. Porque la debilidad que
les propina la derrota, potencia su incapacidad para competir. Porque el mercado no
distribuye riqueza basado en principios de equidad y justicia social, mas bien es un
generador natural de desigualdades, profundamente inequitativo e injusto, porque
redistribuye la riqueza, casi siempre, a favor del que más tiene. Porque, como
mecanismo de distribución, bajo condiciones de libertad irrestricta, el mercado tiende a
favorecer la concentración del ingreso, haciendo más pobres a los pobres y más ricos
a los ricos. Porque la libertad sin límites resulta ...tan injusta como la libertad física
ilimitada, pudiendo llegar a ser, el poderío económico, casi tan peligroso como la
violencia física como afirma Popper en La sociedad abierta y sus enemigos. Y que ...la
libertad en el sentido de ausencia de todo control restrictivo, debe conducir a una
severísima coerción ya que deja en libertad para esclavizar a los débiles, según Platón
en La República. Por eso la ecuación liberal del progreso no ofrece resultados
socialmente útiles en México.
Desde luego, no es posible negar el gran avance que los gobiernos neoliberales han
alcanzado en materia de control de la inflación y crecimiento económico. Los
problemas financieros del país se han resuelto, se ha creado una base sólida de
crecimiento económico y se ha recuperado la credibilidad de los inversionistas
extranjeros y las instituciones financieras internacionales. Pero, ¿qué significa eso para
el ejército de pobres que representan casi tres cuartas partes de la población de este

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