De indocumentado a "burro"
Autor | J. Jesús Esquivel |
WASHINGTON.- "Salí de Honduras el 3 de mayo del año pasado y a los 14 días llegué a Sonora", cuenta José Castrón, joven albañil que fue usado como burro (transportador de droga) por el Cártel de Sinaloa.
Chelito, como le dicen sus amigos, cuenta a Proceso las peripecias de su viaje: "Para llegar a Estados Unidos tenía nada más 3 mil 500 lempiras (unos 150 dólares); un amigo que vive en Kansas me prestaría los mil 800 dólares que me iba a cobrar el coyote en la tal Sonora".
El trayecto hasta la frontera de Guatemala con México fue sencillo. Lo hizo en menos de 24 horas. "Entré a México y me quedé tres días en Chiapas. Allí tomé el tren para Coatzacoalcos y de allí otro para Tierra Blanca y luego otro para Lechería", explica.
-¿No lo detuvo la policía?
-¡Pues claro! En todas las estaciones del tren hay policías que te paran y te dicen: 'Móchate o te llevo con la gente de migración'.
Chelito se quedó ocho días en la capital mexicana. Cambió sus lempiras por pesos y compró otro pasaje de tren. El viaje sería primero a Huehuetoca, en el Estado de México, y luego a un lugar de Guanajuato. "Y otra vez los policías me agarraron en la estación del tren", narra. Le pedían dinero y él se los daba. "Creo que por eso no me hicieron nada".
En Guanajuato, Castrón y otros siete centroamericanos que lo acompañaban tomaron un tren a Guadalajara. "Allí estuvimos como tres días. Luego nos fuimos a un lugar que le llaman Las Palmas; ahí nos asaltaron más feo".
-¿Quiénes los asaltaron?
-Los malosos, pues. Traían un animal en la punta de una maleta.
-¿Qué tipo de animal? -se le pregunta.
El joven suelta una ligera sonrisa y responde: "El animal es el cuerno de chivo, pues".
Con los pocos pesos que pudieron esconder, los ocho migrantes compraron boletos para irse en camión a Sonora. Llegaron a la población fronteriza de Altar, donde se quedaron 15 días.
El trato
En Altar ya habían establecido contacto con el coyote. "Como a los tres días nos dijo que necesitaba que nuestros contactos le mandaran 900 dólares, que sin ese dinero no nos movería. Llamé a mi amigo y me dijo que no me mandaba los dólares porque el 'coyote se iba a comertodo el dinero' y me iba a dejar tirado en el desierto".
De los siete que lo acompañaban desde que salió de Chiapas, cinco recibieron dinero de sus contactos y el coyote los llevó a la frontera. A las dos semanas de estar en Altar y sin recibir ninguna noticia prometedora, el traficante de migrantes le dio un ultimátum al ahora reducido...
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