Financiera del bienestar. Va por las remeseras

AutorClaudia Villegas

Después de que la tesorera de la Federación, Elvira Concheiro, aseguró el pasado 5 de marzo que la banca comercial ha tenido acceso a más de 3 billones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación que año con año ingresan al sistema de pagos, por lo cual se ha beneficiado de ese flujo permanente, el gobierno federal sigue dando pasos para reducir el negocio que le otorga a la banca, a la que Concheiro llamó "parasitaria". En la dispersión de apoyos sociales, que ya supera los 2 billones de pesos según información del Presupuesto de Egresos de la Federación, el objetivo es controlar el acceso a las cuentas que reciben recursos del gobierno federal, por lo cual la Secretaría del Bienestar ya canceló los contratos con BBVA y Citibanamex, de acuerdo con reportes de la dependencia. Incluso la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, pidió a esa dependencia ampliar los plazos para que los adultos mayores recojan la tarjeta del Banco del Bienestar, porque en las tarjetas de los bancos comerciales ya no se realizarán depósitos.

La banca comercial llegó a cobrar, según documentos que se hicieron públicos a partir de una investigación ante el Instituto Nacional Electoral (INE), promovida por el PRD, 10 pesos por la emisión de tarjetas y cinco pesos mensuales más IVA por la operación de cada cuenta Así, el negocio que estarían perdiendo los bancos sería superior a mil 500 millones de pesos mensuales tan sólo por el manejo de cuentas. El gobierno federal asegura que ya son más de 30 millones los mexicanos beneficiados de los programas sociales.

Por su parte, la banca privada decidirá este año si cancela o no las cuentas que abrió para dispersar los apoyos. Esas cuentas tienen saldos promedio de 800 pesos; sin embargo, sin las transferencias del gobierno, podrían quedar sin fondos.

Si bien para la banca privada la dispersión de recursos para apoyos sociales significaba un problema operativo y hasta saturación de sucursales, banqueros reconocen que la operación se justificaba por la bancarización de población que no ha estado en contacto con servicios bancarios. No obstante, también reconocen que 90% de los beneficiarios de programas sociales retiran gran parte de los fondos que se les transfieren y deciden realizar compras en efectivo, prácticas que han sido el gran obstáculo del negocio que planeaban. En el caso de bancos como Azteca, atados a una tienda que vende electrodomésticos, la apuesta ha sido contar con nuevos...

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