La elección (fragmento)

AutorEmilio Rabasa
Páginas93-97
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uando por primera vez un adolescente se da cuenta de lo
que es una elección popular y el fin que tiene, la idea se
presenta a su espíritu en la forma más simple, y es para él como
una revelación de justicia que lo seduce y que conquista su
vo luntad. La idea choca principalmente por su sencillez, y
es que tiene la simplicidad de la teoría inmaculada. Las vís-
peras de la elección, cada ciudadano medita sobre el indivi-
duo más idóneo para el cargo de que se trata, excluye a unos,
reserva otros, selecciona y clasifica, hasta fijar su preferencia
en aquel que reúne las mejores dotes y más promete por sus
virtudes cívicas y privadas. ¿Cómo no ha de hacerlo así, cuan -
do en el acierto va su propio interés y en el error su propia
responsabilidad? Llegada la hora del acto, los ciudadanos
desfilan ante la urna, depositando sus cédulas; los escrutado -
res leen y cuentan; el presidente declara los números y pro-
clama al elegido del pueblo. Nada más justo, ni más natural,
ni más simple.
Aunque esta noción supone ya un gran número de virtu-
des en ejercicio, mucho mayor es el que suponen todavía sus
consecuencias. El candor del adolescente, desenvolviendo tras
la teoría de la elección la del gobierno emanado del pueblo,
LA ELECCIÓN
(FRAGMENTO)
C

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