Y el DF no le dio cobijo

AutorJosé Gil Olmos y Noé Zavaleta

Rubén Espinosa Becerril llegó a la Ciudad de México el pasado 9 de junio en busca de un lugar más seguro que Ve-racruz, donde a últimas fechas había sido amenazado por hombres armados. No era el primer periodista exiliado de esa entidad; antes habían huido otros 30, buscando refugio en otros países o en la inmensidad de la capital.

Pero esa ilusión terminó el 31 de julio, cuando el fotorreportero fue ejecutado junto con su amiga, la activista social Nadia Vera, Yesenia Quiroz, Mile Virginia Martín y Olivia Alejandra Negrete.

Originario de esta capital, Rubén decidió no quedarse con su familia para no ponerla en riesgo y anunció que mientras estuviera exiliado viviría con amigos y conocidos. Su meta era regresar a Xalapa pues, decía, "no se vale que uno esté seguro y deje a los compañeros en peligro".

Desde sus primeros días en el Distrito Federal, el fotoperiodista de 31 años explicó públicamente su situación. Se dirigió a la organización Artículo 19 para denunciar el acoso; en entrevistas con medios nacionales e internacionales habló de las amenazas en su contra y también de la difícil situación de los periodistas y de los ciudadanos en Veracruz donde, dijo, "no hay estado de derecho".

En una de esas entrevistas -el 9 de julio en el programa de la organización Periodistas de a Pie en el canal de internet Rompeviento-, Rubén reveló que desde el 6 de junio comenzaron a vigilarlo y a perseguirlo en Xalapa: a las 09:00 horas de ese día vio a una persona afuera de su casa que no dejó de vigilarlo; luego, a las 15:00 horas, tres sujetos lo siguieron cuando volvía del trabajo.

"Vi a tres tipos que estaban afuera de mi casa con un taxi prendido. Era muy notoria su presencia. Ellos querían que los viera... uno de ellos me tomó una foto y me hizo una seña. Era el mismo que había visto en la mañana, con una playera azul, bermudas blancas, alto, de corte militar...", explicó en la entrevista con los periodistas Daniela Pastrana y Luis Guillermo Hernández.

A partir de ese día, el colaborador de Proceso y de la agencia Cuartoscuro, quien no cubría temas de narcotráfico ni policiacos, sino movimientos sociales, detectó que lo perseguían y así se lo comunicó a sus compañeros más cercanos y de mayor confianza.

Ese mismo 6 de junio, por la noche, al volver a su casa vio que a esos tres hombres se les agregaron otros dos, vestidos de negro, que lo provocaron mientras caminaba por una de las calles céntricas de Xalapa, capital estatal.

Rubén hizo pública esta situación en las redes sociales y avisó...

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