El Estado en el desarrollo económico y humano

AutorHilario Barcelata Chávez
Cargo del AutorProfesor de tiempo de completo de la Facultad de Economía. Universidad Veracruzana
Páginas37-53
El Estado en el desarrollo económico y humano
Hilario Barcelata Chávez*
Estado y mercado
La cuestión central en la discusión en torno a la economía mixta radica en defi nir, específi camente,
por qué interviene el Estado en la economía. Una respuesta satisfactoria es que ello es resultado de
la forma que adquieren las estructuras económicas en un país. Esto es, en tanto el libre mercado no
asegura un óptimo funcionamiento de la economía ni resuelve por sí mismo los problemas que de él
se derivan, es necesario plantearse soluciones que se encuentran más allá de su ámbito. Esto signifi -
ca que el Estado interviene porque puede solucionar los problemas asociados al funcionamiento del
mercado de una manera mas efi ciente que éste, o porque simplemente el mercado no puede solucio-
narlos de ninguna forma. Pero interviene, además, porque las sociedades se plantean, como tales,
objetivos de desarrollo y progreso que sólo el Estado (entendido como un líder social, como tal reco-
ge los intereses de toda la sociedad) puede plantearse y alcanzar.
El Estado interviene para darle viabilidad a una economía de mercado, para corregir sus imperfec-
ciones, para evitar su autodestrucción. De aquí, entonces, que podamos hablar de una economía mixta
como una estructura en donde no sólo se combinan mercado e instituciones públicas, sino, también y
primordialmente objetivos económicos y sociales, privados y públicos, de corto y de largo alcance.
La evidencia empírica parece demostrar que ni un excesivo control de la economía, ni una am-
plísima libertad de mercado son condición sufi ciente, cualquiera de ellas por separado, para propiciar
un proceso de desarrollo económico armónico y sustentable. La solución óptima, por decirlo de alguna
manera, se defi ne, no a partir de la disyuntiva mercado o Estado, sino a partir de la dilucidación de la
incógnita ¿cuánto de mercado? y ¿cuánto de Estado? Y así como no hay por defi nición, como fórmu-
la universal un tamaño óptimo de Estado, tampoco hay una medida óptima de libertad de mercado.
Porque la solución y el contenido de la misma en términos de qué tanto y cómo de cada uno (es
* Profesor de tiempo de completo de la Facultad de Economía. Universidad Veracruzana. hbarcel@yahoo.com, hbarcel@
hotmail.com, www.hilariobarcelata.com
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El Estado en el desarrollo económico y humano
decir, en términos de su composición, balance, complementariedad) tiene que ver con los problemas
a los que ha de enfrentarse cada gobierno y sociedad, y cómo ésta defi ne sus problemas y determina
prioridades.
Esta refl exión cobra una mayor relevancia por el hecho de que la sociedad requiere un efi ciente
funcionamiento de la economía, al mismo tiempo que un nivel adecuado de justicia social. Por lo cual
la incógnita será entonces, ¿qué tanta justicia social es sufi ciente? y ¿qué tanta efi ciencia económica
es necesaria? ¿En qué medida deben darse para que no se obstaculicen y por el contrario se comple-
menten la una a la otra? ¿Cuál es el adecuado balance de ambas para asegurar un desarrollo armó-
nico y sustentable? Y más que plantear la situación en términos de los máximos de intervención, la
búsqueda ha de ir en el sentido de los mínimos necesarios para asegurar una base de sustento de
ciertos objetivos. En el mismo sentido las limitantes al mercado habrán de plantearse en términos
de los mínimos necesarios de economía de mercado, para no desestimular la capacidad creadora de
la sociedad que, por esta vía, suele desarrollarse de manera amplia.
La solución tiene que ver con un horizonte de combinaciones posibles en un modelo de desa-
rrollo en el cual se defi nan las condiciones para asegurar un equilibrio estable y duradero entre los
objetivos y los instrumentos a través de los cuales se alcanzan estos objetivos, en un sentido que se
asegure su perdurabilidad en el tiempo. Es decir se trata de construir un modelo a partir de la crea-
ción las instituciones políticas y económicas necesarias que sirvan como instrumentos para organizar
a la sociedad y la economía y orientarlas en la búsqueda del desarrollo.
El Estado falla
En la actualidad, la opción de promover el desarrollo por la vía de la intervención del Estado pasa,
necesariamente, por el hecho de considerar que la propiedad estatal ya no se percibe como garantía
universal de efi cacia y tampoco de justicia social. Asimismo, ha de considerarse que el manejo de los
recursos públicos genera fenómenos de corrupción en diversos grados y a todos los niveles, lo que
llega a representar un obstáculo para la consecución de los objetivos que la sociedad se plantea. Esto
signifi ca que, así como la intervención del Estado se deriva de la existencia de fallas del mercado, esta
intervención, también puede dar como resultado un conjunto de fallas que hacen fracasar la búsque-
da de sus objetivos, propiciando con ello un mayor disfuncionamiento del mercado y provocando un
entorpecimiento para conseguir los objetivos de la sociedad. Esto se debe a la existencia de imperfec-
ciones en la intervención estatal, que tiene que ver con problemas de democracia y transparencia en
la conducta de quienes ejercen la acción pública. Y así como el funcionamiento del mercado es per-
fectible, también el del Estado lo es, sólo que su corrección no depende de la sujeción de éste a los
mecanismos de mercado, sino del funcionamiento correcto de las instituciones: democracia y legali-
dad, lo cual implica el perfeccionamiento de la vida institucional y requiere la necesaria creación y
consolidación de un esquema de contrapesos y límites jurídicos.

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