La Decena Trágica como Detonante Constitucional

AutorRafael Estrada Michel
Páginas7-20
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La Decena Trágica
como detonante constitucional
Te elegí como firme coraz a para librarme de mis
enemigos, y eres la la nza y el agudo hierro con que me
atraviesan... Confié e n mis amigos para que me
sirvie sen de sólidas corazas; y así lo hicieron, ¡Pero en
manos de mis enem igos y contra mí! Los elegí para que
me sirvie sen de flechas mortale s y lo fueron,
¡pero contra mi coraz ón! cautivé sus corazones pa ra
hacerlos fieles; y fueron fieles ¡per o a otros amores!
los cuidé fervoros amente para que f uesen constantes;
y lo fueron, ¡pero en la t raición!”
Las mil n oches y una noche. Noche 11
Sharazada parece haber conocido a Huerta, a Félix Díaz, a Henry
Lane Wilson, a Blanquet, a Mondragón. Pobre: querría haber muer-
to en la noche 11, terrible como las tristes noches de 1813. Ésta,
sin embargo, es una historia norteamericana. No sólo porque invo-
lucra (¡y en qué forma!) a los Estados Unidos, sino porque el trián-
gulo lo cierran Cuba y, por supuesto, México. Nos permite contem-
plar un periodo especialmente álgido de nuestra historia desde la
perspectiva subcontinental, que no es muy usual. La complejidad
del año 13, con todas sus aristas y todos los sueños que quedaron
truncos, se percibe mucho mejor si se cae en la cuenta de lo que la
región se jugaba con la caída del presidente Madero.
De Manuel Márquez Sterling se puede decir mucho, y mucho
muy bueno. Contaba nuestro embajador con una famosa, si no lar-

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