Crisis y reestructuras

AutorFlorence Toussaint

Televisa se deshace de tres programas a cargo de antiguos colaboradores, Adela Micha, Brozo y López Dóriga, más el despido de 6 mil empleados. Ese hecho recibió la mayor atención mediática, aunque es sólo la punta del iceberg. Por debajo se encuentra la crisis de fondo de una empresa que apostó todo, desde hace tres sexenios, al favor gubernamental manifestado en la devolución de 12% de tiempo fiscal con Fox; miles de millones de pesos en anuncios federales con Calderón; venta cuantiosa de la imagen de Enrique Peña Nieto en su calidad de gobernador del Edomex y en su candidatura a la presidencia. En este sexenio se le condonan 3 mil millones en impuestos, se invierten sumas escandalosas en publicidad oficial, se le permite utilizar el cambio digital.

Descuidó así su producción propia, la que le dio singularidad en el mundo: las telenovelas. No quiso transitar a un modelo contemporáneo de ficción, más audaz, menos mojigato para competir con las compañías generadoras de series. Pretendió seguir como un monopolio en materia de contenidos, y para eso adquirió compañías de cable en el país hasta llegar a 60%. Al serle concedido el triple play, reconvirtió Cablevisión a IZZI, ofreció telefonía e internet. Creyó que sería fácil saturar a los suscriptores con sus productos también en la red, creando Blim, plataforma parecida a Netflix. Completó su apuesta a una sola carta con sus...

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