La clave está en el narcomenudeo

AutorAlonso Chávez Landeros

ZACATECAS, ZAC.- La camioneta Mazda gris salió de la cochera de una casa en Guadalupe, ciudad conurbada con la capital. El recorrido, captado por las cámaras del C5, la mostró circulando por la avenida Tránsito Pesado, siguió por las avenidas Arroyo de las Sirenas y Nezahualcóyotl e ingresó por la calle Quebradilla al Centro Histórico, para estacionarse al pie del árbol navideño colocado en la Plaza de Armas, a unos pasos del Palacio de Gobierno.

Fue allí donde su conductor la estacionó, con todo y los 10 cadáveres en su interior, a las 05:30 horas del pasado jueves 6, en un acto insólito que cimbró a los zacate-canos en esta fecha tradicional y que se vio como el más directo desafío dirigido al gobernador morenista David Monreal Ávila.

Después de abandonar los cuerpos de ochos varones y dos mujeres, el conductor huyó corriendo por el callejón de Las Campanas, entre el Palacio de Gobierno y la catedral. Unas calles atrás lo esperaban en otro automóvil, mismo que custodió en todo su recorrido a la camioneta, según confirmó Proceso con fuentes allegadas a corporaciones de seguridad del estado.

En un intento por sofocar la afrenta, unas horas después del hallazgo el gobernador Monreal aseguró que habían sido detenidos los responsables, mientras las redes sociales "reventaban" de comentarios de incredulidad y mofa a esta versión, que además, de manera inicial no fue precisa.

Los detenidos de los que hablaba Monreal fueron en realidad capturados ini-cialmente por un delito menor, revelaron fuentes del propio gobierno del estado que pidieron reservar su identidad. Pasaron siete días para que la Fiscalía del estado integrara una carpeta para solicitar la orden de aprehensión que cumplimentó en su contra, acusándolos específicamente del secuestro de las víctimas, pero no de los homicidios.

Al informar sobre lo sucedido, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario estatal presentaron una vez más estadísticas de la disminución de los homicidios en Zacatecas.

El presidente calificó el siniestro evento como "una provocación" del crimen organizado y el gobernador Monreal recurrió a su frase muy repetida: "La herencia maldita" de inseguridad que le dejaron sus antecesores.

Sin embargo, hay quienes ven un claro y directo mensaje al gobierno del hermano del senador Ricardo Monreal, como lo dice Iván Arturo Casas Figueroa, exfuncionario de la Fiscalía General de la República:

"Con la información que se tiene -entre otros datos, los presuntos...

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