Capítulo II: Marco Teórico y Conceptual de la Responsabilidad Social Empresarial

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Capítulo II Marco Teórico y Conceptual de la Responsabilidad Social Empresarial
En este capítulo se desarrollan los fundamentos teóricos y conceptuales que dan sustento a la
investigación. Se describe en cuatro apartados iniciando con la presentación de algunos antecedentes
históricos sobre el origen de la RSE. En un segundo y tercer apartado se presentan las perspectivas
teóricas y una retrospectiva teórica de la RSE haciendo un análisis breve de las principales teorías que la
sustentan, pero haciendo un mayor énfasis en aquellas que en mayor medida guían la presente
investigación.
En el último apartado se discute la evolución del concepto y se analizan algunas definiciones
recientes con validez e importancia internacional, finaliza este apartado con un ejercicio para la
determinación de las dimensiones de la RSE con base en el análisis de algunos trabajos de investigación
que las identifican y en el análisis de conceptos y dimensiones propuestas por 18 iniciativas o
instrumentos de gestión de la RSE, describiendo cada una de las dimensiones resultantes e
interrelacionándolas.
2.1. Antecedentes históricos de la responsabilidad social empresarial
Actualmente, el problema del deterioro del ecosistema y del cambio climático, la creciente desigualdad
en la distribución de la riqueza y los alarmantes índices de pobreza en el mundo, entre otras problemáticas
relacionadas, han provocado una mayor atención en la manera de llegar a ser una “empresa socialmente
responsable”, sin anular o alejarse del objetivo financiero y económico en cuanto a la maximización de
utilidades y/o maximización del valor de la corporación (Correa & Ibarra, 2009). Pero ¿cómo fue que se
llegó a tener esta concepción de la empresa socialmente responsable? A continuación se presenta una
breve reseña histórica de la RSE.
Los antecedentes históricos de la RSE se relacionan con los orígenes de las organizaciones que
utilizaron capital y trabajo para generar riqueza y beneficio aunque en el trayecto los abusos sobre los
trabajadores hayan sido evidentes, a tal grado que la esclavitud forma parte de la base de la economía de
las sociedades modernas. Los esfuerzos de grupos sociales o de consumidores por alcanzar influencia
sobre la producción, el comercio o los núcleos de poder son conocidos desde el año 1327, cuando se
reportó que los ciudadanos de Canterbury impusieron un boicot de consumidores al Monasterio de la
Iglesia de Cristo (González, G., 2003, citado por Olivo, 2011).
En el siglo XVIII, Adam Smith (1776) estableció la teoría del mercado de competencia perfecta
en el cual el libre juego de la oferta y la demanda pretendían alcanzar de forma privada e individual la
ganancia monetaria, pero aclaraba que esto no disolvía la cohesión social, sino al contrario propiciaba la
solución idónea para la pobreza (Correa & Ibarra, 2009). Años atrás (1759), este mismo autor publicó
La Teoría de los Sentimientos Morales, en donde critica la búsqueda sin trabas del interés egoísta.
En los entornos de gran dureza con el trabajador, surgen líderes empresariales que actúan para
cambiar la situación y otras estrategias para mitigar la explotación de los trabajadores. Al respecto,
durante el siglo XIX surgen los códigos y etiquetas amigas del consumidor que propugnaban por la
defensa de derechos de los trabajadores, siendo un ejemplo claro la creación de la “Etiqueta Blanca”
impulsada por la Liga Nacional de Consumidores en USA, quienes integraron un equipo de inspectores
para garantizar el respecto de las leyes laborales en las fábricas, no permitiendo jornadas excesivas de
trabajo ni el trabajo infantil (González, G., 2003, citado por Olivo, 2011).
Bajo el pensamiento del movimiento marginalista (Jevons, 1871; Menger, 1871 y Walras, 1874,
citados por Correa & Ibarra, 2009), se estableció que el núcleo central de la economía comprende el
funcionamiento y la maximización de la utilidad en términos cuantitativos, con un alto grado de
abstracción de sus conceptos.
Con el nacimiento de la teoría del Behaviorismo, se estableció una dura crítica al análisis marginal
centrada en el supuesto de que se considera la empresa y al empresario como un ente indivisible que
tiene como único objetivo el maximizar la utilidad o valor de la empresa a través de un crecimiento
óptimo.
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A través de la investigación empírica, el Behaviorismo encontró que la mayoría de las empresas
se dirigen por directores retribuidos cuyos intereses suelen diferir de los propósitos de los accionistas.
Entonces, la teoría behaviorista establece como puntos de partida teóricos el rechazo de varios supuestos
marginalistas y adopta algunos fundamentos de la psicología conductista.
Por su parte al no contener la teoría marginalista suficientes fundamentos sobre el
comportamiento y los procesos de decisión internos de la empresa, el supuesto de maximización de
utilidades perdió peso en muchos casos (Correa & Ibarra, 2009).
A finales del siglo XIX y principios del XX, la responsabilidad social se inscribe en una tradición
de filantropía corporativa y posteriormente en un contexto de reforma social, entre los años 1900 y 1920,
en donde las ideas progresistas dominaban, surge un nuevo enfoque de la relación entre empresa y
sociedad estadounidense (Gond, 2008, citado por Villafán, 2011).
En el mundo académico la RSE tiene su origen en 1953 con el libro Social Responsibilities of
the Businessman de Howard Bowen, donde se plantea el cuestionamiento sobre cuáles son las
responsabilidades de las empresas que deben o no asumir con la sociedad (Raufflet, Félix, Barrera, &
García, 2012). Posteriormente el desarrollo del concepto de RSE fue evolucionando de acuerdo a una
diversidad de contextos, tema en el que se ahonda en apartados posteriores.
2.2. Perspectivas teóricas
Las investigaciones sobre la RSE, han sido enfocadas desde la integración de perspectivas y experiencias
en varias disciplinas o de varias funciones de la empresa en el seno de constructos teóricos, de tal manera
que los desarrollos acerca de la RSE han privilegiado a la empresa como unidad de análisis (Raufflet,
Félix, Barrera, & García, 2012).
Son diversas perspectivas teóricas que sustentan los múltiples estudios sobre RSE, por tal motivo
es necesario establecer un punto de partida para guiar su análisis. El trabajo de Garriga & Melé (2004),
en el cual clasifican las teorías de la RSE, ha sido un elemento básico utilizado por diversos autores para
el análisis teórico en este campo.
Consideran las teorías relevantes y hacen una clasificación de cuatro categorías subdivididas en
catorce subcategorías.
Las categorías son: a) teorías instrumentales, las cuales consideran a la RSE como herramienta
para alcanzar principalmente los objetivos económicos y riqueza; b) teorías políticas, son más del tipo
sociológicas y se enfocan en la interacción entre empresa y sociedad y la posición y poder de la empresa
y su inherente responsabilidad; c) teorías integradoras, las cuales buscan integrar las demandas sociales
en la estrategia de la empresa con el argumento de que la existencia de los negocios dependen de la
sociedad; y d) teorías éticas, centradas en cimentar las relaciones entre empresa y sociedad, basándose
en el comportamiento moral de los empresarios.
En el Anexo 1 se presenta la tabla donde se enlistan las categorías y subcategorías de Garriga &
Melé (2004) así como la naturaleza de la perspectiva teórica de cada una de estas subcategorías
(Alvarado, 2008).
Otra manera de entender el universo de teorías que intentan sustentar la RSE es ubicándolas entre
los extremos establecidos primero por Friedman (1970) que limita la responsabilidad a maximizar
beneficios solo para los accionistas y, segundo por Freeman (1994) que expande la responsabilidad con
diversos actores que afectan o pueden afectar la empresa.

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