Capítulo 5 Normatividad Contable en México

Páginas103-139
103
Capítulo 5 Normatividad Contable en México
En el capítulo 5, “Normatividad Contable en México”, se parte del desarrollo de la contaduría en
México, para luego indicar los dos entes, que han prevalecido en ese país, responsables de emitir los
principios o normas contables que deben de cumplir las empresas mexicanas, para presentar sus
estados financieros, además se describen dichas normas.
5.1 Desarrollo de la Contaduría en México
5.1.1 Primera Época de la Contaduría en México
5.1.1.1 Época Prehispánica (2000 a.C. a 1500 d.C.)
Los sistemas contables mayas alcanzaron su mayor expresión en los cómputos calendarios,
manejados por la clase sacerdotal, también se tiene conocimiento de algunos registros contables de
índole comercial.
El fundamento económico del pueblo azteca se constituyó, mediante un riguroso sistema
tributario impuesto a los pueblos sometidos y un constante intercambio entre los mismos. Las
descripciones pictográficas comprueban el grado de avance de las contabilidades que nos describen
el producto, la cantidad, número de tributarios y las fechas en las que debían pasar a recoger los
productos (Alvarado, 1989).
5.1.1.2 Época Colonial (1500 d.C. a 1600 d.C.)
Los conquistadores desde sus inicios nombraron un contador, encargado de recaudar y supervisar la
parte correspondiente a la corte y vigilar el reparto equitativo para el resto de sus integrantes de la
expedición. En el año de 1519, al fundarse el primer ayuntamiento de América en el territorio de la
Villa Rica Veracruz, para iniciar la conquista de México, se nombra a Hernán Cortes como capitán
general y a Don Alfonso Ávila contador del ayuntamiento, quien llevaba el registro en los libros
donde se asentaba la parte correspondiente al emperador y a los socios de la empresa (Alvarado,
1989).
Una vez establecida la Real Hacienda, esta se encargaba de regir la situación fiscal del país y
de regular las políticas financieras. Dentro de ella definieron las funciones de los oficios en: Tesorero
(contador) pedía cuentas a todos los funcionarios que hubiesen recibido el quinto real (20% de las
ganancias). El factor (administrador) debería recibir todo tipo de objetos y mercancías, vendiéndolas
al mejor precio y el Veedor (inspector), su función para estar presente en toda negociación, así como
llevar un libro con los respectivos asientos y realizar una relación con el total del quinto y demás
derechos reales (Alvarado, 1989).
5.1.1.3 Época del Virreinato. (1600 d. C. a 1800 d.C.)
Los contadores de la nueva España llevaban diversos libros; de Recepta, en éste se asentaban las
multas, depósitos, cargo contra particulares y prestamos prelados y ministros, inventario de los
objetos en poder del portero y funcionario, de Cargo y Data, en éste se registraban todos los ingresos
y egresos debiéndose conservar los recibos de pago. También estaba obligado a llevar por duplicado
el correspondiente a limosnas y mercedes y otro de las cuentas extraordinarias de personas fallecidas.
El rey Felipe V, por cedula del 8 de marzo de 1678 dispone que los contadores generales de tributos,
presenten ante el real tribunal de cuentas lo realizado en dicho ramo cada dos años (Alvarado, 1989).
104
En 1737, el rey Felipe V aprueba las Ordenanzas de la Villa de Bilbao, las cuales son
ratificadas por don Fernando VII en 1814. Éstas señalan los libros de cuentas que deben ser llevados
obligatoriamente por los comerciantes para registrar sus operaciones mercantiles. Dichos libros eran
4: el libro borrador o manual, en el cual se registraban las cuentas individuales, incluyendo todos los
detalles de la partida (fecha, cantidad, participantes, condiciones, etcétera), el libro mayor donde se
registraban con los saldos sumarios de las cuentas individuales, el libro de cargazones, el cual
contenía los documentos de referencia pertinentes de las operaciones, y el libro copiador de cartas,
donde se escribía una copia de las cartas de negocios utilizadas. Podían llevarse ciertos libros
adicionales, de acuerdo al giro del negocio. Sin embargo, no existían normas de contabilidad
generales para el registro, sino que éste obedecía al criterio de quien llevaba los libros. El único estado
financiero que debía ser generado era el Balance General. La información financiera era utilizada
para la administración y toma de decisiones del negocio, sino para el pago de impuestos y la
contabilización del patrimonio (Alvarado, 1989).
5.1.1.4 Época del México Independiente. (1800 d. C. a 1890 d.C.)
Entre las aportaciones realizadas a la práctica contable durante el siglo XVIII, se encuentra la
organización de la Hacienda Pública (16 de noviembre de 1824). Considerado como el sistema
filosófico y completo de organización hacendaría que ha formado desde la independencia, en el cual
destacan: la elaboración de presupuestos y cuentas anuales, la cuenta generar de ingresos y egresos y
su presentación anual al Congreso de la Unión, así como el establecimiento de la Contaduría Mayor
de Hacienda y Crédito Público. Don Pedro Gray, el administrador de correos, introdujo un formulario
para la administración, que consistía en cambiar el sistema colonial de Cargo y data por el nuevo
sistema contable del debe y haber, también se ordenó que cada año fiscal se concentrara un inventario
valorizado de los bienes raíces, muebles, útiles y enceres de cada oficina (Alvarado, 1989).
En el año de 1845, durante el gobierno de Don José Joaquín Herrera, el Tribunal de Comercio
de la ciudad de México creó la primera institución especializada en la profesión, denominada Escuela
Mercantil, por último la situación crítica de México ante la política expansionista de los Estados
Unidos que provocó la invasión norteamericana, el plantel fue cerrado por falta de fondos. Por decreto
del Presidente de la Republica, Antonio López de Santa Anna, se reinstalaron nuevamente los
estudios contables al crearse la “Escuela Especial de Comercio”, que contó con un programa mucho
más completo que la Escuela Mercantil. El gobierno de Benito Juárez se preocupó por la
reorganización de la enseñanza pública y el 15 de julio de 1868, la Escuela Especial de Comercio se
transformó en la Escuela Superior de Comercio y Administración. (Alvarado, 1989).
5.1.2 Segunda Época de la Contaduría en México
Se inicia en 1890 la Segunda Época del desarrollo de la contabilidad mexicana, ya que el presidente
constitucional de los Estados Unidos Mexicanos Porfirio Díaz emite el tercer Código de Comercio
Mexicano por decreto del 15 de septiembre de 1889, sustituyéndose se de esta manera las Ordenanzas
de Bilbao publicadas en 1814 y un Código de Comercio Español emitido en 1885. En el año de 1891,
la Escuela Especial de Comercio tenía 1,010 alumnos inscritos y tiene ya el nombre de Escuela
Superior de Comercio y Administración (ESCA) (Gertz, 1990).
Francisco de Padua Diez Barroso, padre del contador público Fernando Diez Barroso, en el
prólogo de su obra “Tratado General Técnico Práctico de Cuentas Corrientes a Interés” señala: "... ha
llegado la época de preparar las diversas obras de enseñanza de que carecemos para ampliar los
conocimientos de nuestra juventud, y hacerla apta para el desempeño de las funciones de la carrera
comercial". Lo anterior describe claramente el inicio de una nueva época del desarrollo de la
contabilidad y la información financiera en México y en el mundo (Gertz, 1990).
105
Para el año de 1900 se inicia la segunda Revolución Industrial como consecuencia de la nueva
tecnología en donde la producción sufrió modificaciones substanciales por la maquinaria eléctrica
automática. Se crea el 7 de enero de 1905 la carrera de contador de comercio (actualmente
denominada de contador público) en la ESCA por decreto del presidente constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos, Porfirio Díaz, siendo director de la Escuela el licenciado Joaquín de Casasús y
subsecretario de Educación y Bellas Artes el licenciado Justo Sierra. Además este mismo año se
instala en México el primer despacho de contadores Price Waterhouse (Gertz, 1990).
Para el año de 1907 recibe el título de contador de comercio Fernando Diez Barroso, quien
fuera el primer contador titulado en México; y al año siguiente, 1908, se funda el primer despacho de
contadores públicos mexicanos: Fernando Diez Barroso y Emilio Bello. En 1910 inicia el auge para
el país y para la contaduría. En la ESCA, imparten cátedras maestros de reconocido prestigio de la
vida nacional. La Escuela tiene 1,480 alumnos inscritos. Además, estalla el movimiento
revolucionario encabezado por Francisco I. Madero.
La ESCA es ocupada militarmente por su localización estratégica en el 1913, en donde se
desarrollaron, de manera trágica, los asesinatos de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez
(Gertz, 1990). En 1914, en el mes de abril los Estados Unidos de América invaden a México. Las
tropas invasoras se retiran en noviembre. Tres años después aproximadamente, en 1917, después de
varios años de revolución el director, profesor Juan León reorganiza la Escuela, convoca a exámenes
por oposición para los puestos de profesores, se elabora un nuevo plan de estudios, aprobándolo la
junta de profesores encabezada por Fernando Diez Barroso en enero de 1918. Además en 1917 se
crea la Asociación de Contadores Titulados, encabezada por Fernando Diez Barroso, Emilio Bello,
José F. León, Luis G. Pastor, Mario López Llera, Ernesto M. Días, J. Agustín Castro, Arnold
Harmony, Roberto Casas Alatriste, Luis Montes de Oca, Eduardo Pérez Barreira, Tomás Vilchis,
Maximino Anzures y Santiago Flores (Gertz, 1990).
El 6 de octubre de 1923 se constituye el Instituto de Contadores Públicos Titulados de México,
actualmente Instituto Mexicano de Contadores Públicos, A.C. (IMCP), con la idea de tener una
organización semejante a la de Inglaterra, en donde la carrera ya era adulta y fuerte por la unión de
sus practicantes. Se organiza para agrupar a los contadores de comercio que habían orientado su
práctica profesional hacia actividades de auditoría e información. Se canjean los títulos profesionales
de contador de comercio por los de contador público.
Durante los años de 1925 y 1938 se presenta una muy importante depresión económica en el
mundo y en México; continúan los problemas relacionados con la posrevolución de principios del
siglo XX. En 1936, la ESCA se incorpora al Instituto Politécnico Nacional (IPN) el 1° de enero en la
presidencia del General Lázaro Cárdenas, con el nombre de Escuela de Ciencias Económicas,
Políticas y Sociales. Al año siguiente (1937) cambia nuevamente su nombre a Escuela Superior de
Ciencias Económicas, Políticas y Sociales. Puede observarse la falta de estabilidad de los gobiernos
que han venido cambiando los objetivos de la Escuela y su nombre. En este año cambió nuevamente
a Escuela Superior de Ciencias Económicas, Administrativas y Sociales, y por último, en 1950,
retoma el nombre de ESCA (Gertz, 1990).
Aparecen en el mercado las primeras máquinas mecánicas de calcular en 1940, posteriormente
eléctricas y de contabilidad. Principian los registros de las operaciones en equipos eléctricos, así como
la obtención de información financiera. En 1945 se creó y promulgó la Ley de Profesiones. Para el
20 de junio de 1949 se constituye el Colegio Mexicano de Contadores Públicos A.C., y en 1951 al
celebrarse en la Ciudad de México la segunda Conferencia Interamericana de Contabilidad se fusiona
con otra asociación paralela y se cambia de nombre a Colegio de Contadores Públicos de México
A.C. (CCPM).

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR