Los Brics, China y el papel de Brasil

AutorArturo Oropeza García
Cargo del AutorProfesor- Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
Páginas435-475
Arturo Oropeza García*
Los Brics, China y el papel de Brasil
SUMARIO: I. Introducción. II. Los BRICS y una
economía global en construcción. III. El surgimiento
de los BRICS. IV. El papel relevante de China y de
Brasil dentro del grupo BRICS. V. ¿Neoliberalismo
vs. Socialismo de mercado? VI. El evangelio de
Goldman Sachs. VII. Bibliografía.
I. Introducción
Brasil en 2016 vive un intenso ajuste económico-político muy alejado del
discurso de 2009 cuando dio inicio el proyecto de asociación conocido por
sus siglas como Brics, en razón de los cinco países que lo integran, a saber,
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. De igual modo, las ocho columnas de
sus efemérides distan hoy de ser parecidas a la época del milagro brasileño del
periodo del presidente Lula Da Silva (2003-2010), cuando parecía que Brasil
se encaminaba de manera irreductible a una posición de país de primer mun-
do, a través de un modelo económico diferenciado (desarrollismo social) con
crecimientos sustentables (4.5% promedio 2004-2010) y abatimiento de la
pobreza y la marginación social.
ARTURO OROPEZA GARCÍA
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*Doctor en Derecho e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México. Arbitro No-Nacional por parte de Brasil dentro del Me-
canismo de Solución de Controversias del MERCOSUR. Autor de diversas obras sobre
Derecho Económico e Integración Económica.
¿Fue una ilusión sin fundamento el periodo brasileño bajo el gobierno de
Lula? ¿Su salida precipitó el desvío de una trayectoria no consolidada?, pero
de manera importante, ¿la calidad de país Bric la ganó Brasil de manera pre-
cipitada? ¿deja de ser BRIC por la caída de -4.0% respecto a su Producto In-
terno Bruto en 2015, ó su pronóstico de -4.0% en 2016?
El estudio de los países Brics en su conjunto, al igual que el de cada uno
de las naciones que lo componen, desde su inicio ha estado influido por una
mercadotecnia comercial que lo mismo los ha encumbrado sin mayores requi-
sitos; que igual con gran facilidad los declara liquidados en la parte final de es-
ta segunda década del siglo sin mayores miramientos.
De manera independiente a los análisis sensacionalistas que lo mismo
festinaron el éxito adelantado de los BRICS para 2050, que los que ahora ex-
piden sin fundamentos suficientes su certificado de defunción, tanto Brasil
como Rusia, China e India, son cuatro naciones poderosas que están destina-
das a ser actores relevantes durante la mayor parte de este siglo. Por razones
geo gráficas, por sus demografías, por sus amplios atractivos naturales, y
los atributos económico-políticos de cada uno de ellos, estos cuatro países
deberán ser tomados en cuenta a lo largo de un siglo que inaugura sin tre-
gua nuevos escenarios; donde la participación o la omisión de estas nacio-
nes influirá en la vida de sus regiones y del acontecer global.
Bajo esta perspectiva, el estudio de una asociación económica informal co-
mo lo es hoy el grupo Bric, debe ser analizada por los demás participantes del
entorno mundial, tanto en su esquema de asociación como en el desenvolvi-
miento de cada uno de sus integrantes. Lo primero, porque desde 2009, más allá
de sus problemas particulares, los BRIC continúan trabajando de manera gru-
pal, registrando cada año un mayor número de fortalezas como su nuevo Banco
de Desarrollo, con un monto inicial de 100 mil millones de dólares, el cual el 21
de julio de 2015 celebró su ceremonia de inauguración para dar inicio a sus ope-
raciones; mismo que es acompañado por la creación de una Reserva Contingen-
te de 100 mil millones de dólares, entre otros puntos aprobados. Lo segundo,
porque cada una de estas economías, como el caso de Brasil, más allá de sus
problemas coyunturales, en un tiempo por venir que estará marcado por la falta
de recursos naturales, de nuevas áreas agrícolas, de disminución de algunas po-
blaciones (países europeos), de un envejecimiento demográfico, del agota-
miento de materias primas, etc.; sus ventajas competitivas, como parte de un
activo mundial, están destinadas a jugar un papel relevante en el siglo XXI. Su
importancia, mayor o menor, dependerá de la estrategia y del compromiso de
sus dirigentes en turno.
Por ello, el estudio de Brasil en el marco de los Brics seguirá siendo im-
portante, tanto para ubicar su papel político y económico dentro del mismo
grupo; como para establecer sus posibilidades de impacto dentro de una eco-
nomía global en plena transformación.
En los próximos numerales se intentará desarrollar un panorama general
de estas reflexiones.
LOS BRICS, CHINA Y EL PAPEL DE BRASIL
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II. Los BRICS y una economía
global en construcción
El surgimiento de China y los países BRICS se da justo en las últimas décadas
del siglo XX y en los primeros años del siglo XXI, y su resultado no puede se-
pararse de las líneas de trasformación y crisis que han caracterizado a esta
época. De igual modo, dado el paralelismo que se dibuja con los fenómenos
económicos que se presentaron a principios del siglo pasado, su revisión en el
marco de estos antecedentes resulta obligado.
Al inicio del siglo XX, previo a la Gran Depresión de 1929, el mundo fes-
tejaba la década de los veinte. De manera alegre, la clase responsable del ta-
blero de control de las primeras décadas del siglo XX, “heredera” del periodo
de posguerra de la Primera Guerra Mundial, festejaba el desarrollo de sus in-
suficiencias y de sus contradicciones económicas que llevarían al mundo a un
periodo de ajuste que duró más de veinte años (1929-1950), y que tuvo un sal-
do de sesenta millones de muertos (Segunda Guerra Mundial); ó como seña-
lan otros autores (Friedman 2007; Hosbawn, 2007), se prolongó por más de
35 años (1914-1950), con un número de 100 millones de víctimas (G. Steiner).
Más allá de las diferentes visiones, uno de los temas centrales en materia eco-
nómica, fue que la nueva sociedad global del momento, que había pasado de
un comercio mundial en el siglo XVIII del 1% al 5% en 1870 y al 10% del PIB
mundial en 1929, no se percató que el nuevo mundo que inauguraba la Revo-
lución Industrial ya no aceptaba respuestas individuales, porque la acción de
algunos de los países que participaban en el nuevo concierto mundial, auto-
máticamente incidía en la estabilidad de las otras naciones. De igual modo ig-
noraron que la inauguración de un nuevo sector de la economía, que era el
industrial, repercutía de manera directa en la transformación de una sociedad
mundial que había sido agrícola los últimos 7,000 años; a la cual le costaba
enorme trabajo reordenar su sustentabilidad de la noche a la mañana, a fin de
orquestar un nuevo sector industrial exitoso y desmantelar un sector agrícola
con el cual había convivido y generado su riqueza los últimos siete milenios.
La economía y el comercio internacional pasaron de ser negocios de bienes
agropecuarios a un mundo de negocios industriales, cuando en 1825, 1869 y
1875, los sectores industriales inglés, norteamericano y francés respectiva-
mente, tuvieron un mayor peso que el sector agrícola en su producto económi-
co (Attali, 2007). La sociedad rural se fue transformando en urbana y el
nacimiento de las nuevas fuentes de trabajo se fue dando en la medida que se
iban construyendo las nuevas fábricas que la permanente innovación indus-
trial iba generando. Lo que el mundo vivía en el siglo XIX y principios del si-
glo XX, no era un simple cambio de paradigmas, era el parto de una nueva Era,
de una sociedad industrial que requería de todo un nuevo entendimiento en la
administración de la vida económica del mundo occidental que lideraba la
nueva producción de mercancías. Que exigía de un principio de entendimien-
ARTURO OROPEZA GARCÍA
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