Yemen: "La peor crisis humanitaria del mundo"

AutorCarlos Martínez Assad

Para acercarnos a esa sociedad puede mencionarse que en 2018, en el Seminario Universitario de las Culturas del Medio Oriente de la UNAM, por cortesía de la distribuidora, se exhibió por primera vez en México la película Me llamo Nojoom, tengo diez años y quiero el divorcio (2014), dirigida por Khadija Al-Salami, basada en un caso real según relato del libro homónimo de Nojoud Ali y la periodista Delphine Monoui. El público no podía creer que se tratase de la historia verídica de una niña yemení que, tras haber sido obligada a desposar a un hombre de 30 años, aparece en un juzgado para solicitar el divorcio.

La película mostraba al público un país alejado y escasamente conocido, con un campo no tan apacible, por los pleitos entre los campesinos, y una ciudad bulliciosa con gente abarrotando las calles. No es fácil entender de dónde sacó coraje Nojoom para enfrentarse sola a la burocracia. La película denuncia la situación a la que se enfrentan las niñas, que en Yemen pueden ser desposadas desde los ocho años. El asunto pudo resolverse por la intervención de quienes han adquirido una educación y de paso han conocido los valores del liberalismo. Además de su correcta narrativa, la película fue la primera producida en ese país, por lo que la directora se convirtió también en la primera y ella misma había tenido la experiencia de uno de esos matrimonios. Además fue la primera vez que en ese país se permitió a una mujer defender un caso en los juzgados.

La película de primerizos le dio más fuerza y contundencia al relato. Se vive la tensión entre los jefes tribales que no logran entender lo impropio de las prácticas que autorizan, y son los profesores y abogados quienes se cuestionan sobre esa práctica ancestral. Los valores de la sociedad patriarcal son impugnados por quienes van en defensa de los derechos humanos, en ese caso de las mujeres desde que son niñas.

En los años en que se filmaba esa película surgía el conflicto que ha llevado a Yemen a ser uno de los Estados fallidos, con una sociedad que debe luchar a diario por su supervivencia. El 21 de septiembre de 2014, un aumento en el precio de los combustibles llevó a los manifestantes a tomar edificios gubernamentales en Saná, la capital de Yemen. Fueron de la tribu de los hutíes quienes reaccionaron así a los problemas; lograron la renuncia del primer ministro, Mohammed Basindawa. El presidente Abdrabbuh Mansur Hadi resistió hasta enero de 2015.

En las semanas siguientes, los hutíes...

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