XVII Bienal de Fotografía

AutorBlanca González Rosas

Sustentada en un astuto discurso que en la convocatoria hace referencia a la teoría de la imagen de W. J. T. Mitchell, la Bienal no es un evento fotográfico, es un evento ¡cónico que, sin rigor, pretende vincularse con las propuestas de la renovada ciencia de la imagen.

Iniciada a finales del siglo XIX en Alemania por el historiador del arte Aby Warburg, la ciencia de la imagen (Bild-wissenschaft) revivió en los años noventa del siglo XX con los estudios del alemán Horst Bredekamp, quien incorporó la imagen tecnológica multidisciplinaria. En la misma década, en Estados Unidos, Mitchell abordó el estudio de la imagen y estableció cuatro tipos: gráfica, óptica, percep-tual y mental. El arte visual, ya sea bidimensional, objetual, con imágenes realizadas manualmente o con medios tecnológicos, forma parte de la imagen gráfica.

Si bien desde esta perspectiva la fotografía en tanto imagen es igual a cualquier instalación de materiales encontrados -como el relieve no fotográfico, realizado con alambre de púas y pelo de vaca que presenta Carlos Iván Hernández Álvarez en la XVII Bienal-, el cambio en la vocación del certamen no debe ser producto ni de una astucia teórica ni de la decisión unilateral de la directora del Centro de la Imagen, ítala Schmelz. Por el contrario, debería ser resultado de un análisis serio, plural y consensuado sobre el estado y destino tanto de la disciplina fotográfica como de sus creadores; al igual que fue la creación de la Bienal en 1980.

Desde la convocatoria de la XVII Bienal se develó el interés de Schmelz por...

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