¡Es Puma!/ Sin reservas

AutorGermán Dehesa

Cae más pronto un hablador que un candidato en patineta. Verdad comprobada. No hace ni una semana publiqué mis reservas ante el nombramiento de Hugo Sánchez como nuevo entrenador de los Pumas. Hoy domingo, Hugo y sus jugadores se encargaron de cancelar (yo espero que definitivamente) tales reservas; los Pumas jugaron muy bien frente a un equipo como el Necaxa que tiene todo el oficio y la solvencia del mundo. En honor a la verdad, habrá que decir que el Necaxa se vió muy mal; pero no olvidemos que, cuando un equipo juega bien y está motivado y tiene claros sus objetivos, su rival suele desdibujarse y naufragar en el exceso de confianza y en la infundada certeza de que, por decreto divino (o presidencial) el triunfo le corresponde. Lo que vimos en el estadio de CU (por personales razones, me niego a llamarlo México 68) doblemente hermoso por los miles de aficionados que el nombre de Hugo convocó, fue el renacimiento de un espíritu, de una antigua y enérgica voluntad de triunfo. El primer tiempo terminó 1-0. Lagorio finalmente justificó su fama de goleador y puso a los Pumas en el camino de una victoria que terminó siendo fácil y holgada. Suponer que todo esto es trabajo y mérito de un entrenador que tiene unos cuantos días de haberse hecho cargo de un equipo, es demasiado suponer. Pero también habrá que decir que no se trata de cualquier entrenador, sino de una personalidad que tiene todo el aval futbolístico del mundo. Estamos hablando del jugador con mayor proyección internacional de toda la historia del futbol mexicano. No es lo mismo obedecer los lineamientos de tal o cual argentino que llegó con ánimo aventurero, o de tal o cual entrenador mexicano que apenas está formándose; que recibir instrucciones y entregar cuentas a una personalidad respetada en todo el mundo por su talento y su fiereza. En fin, el tiempo dirá cómo termina esta aventura; lo que hoy podemos decir con inocultable gusto es que comenzó de la mejor manera y que ese contundente 3-0 llegó cargado de historia y pletórico de futuro. En ese ámbito, el berrinche de Sancho que manifestó a las claras su molestia por haber sido sustituído, no viene muy al caso, ni habla bien de un jugador tan entrañablemente vinculado con esa camiseta puma que este domingo volvió a ser respetable y temible. Cualquier Presidente diría: no es hora de triunfalismos anticipados, ni de bajar la guardia. Está bien; pero esta victoria soleada y luminosa ya no nos la quita nadie. Bien por Hugo, bien...

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