La visita del yerno

AutorOlga Pellicer

Lo anterior no siempre es así. En ocasiones, la cercanía con el jefe del Ejecutivo de algunos personajes desplaza o deja en segundo término a las instituciones. En la historia de la política exterior mexicana contemporánea eso ocurrió, frecuentemente, en el sexenio de Echeverría. Algunas de sus iniciativas más conocidas de corte ter-cermundista fueron promovidas por personas de su círculo cercano. Implementadas, disciplinadamente, pero con poca convicción por el Servicio Exterior Mexicano. Afortunadamente, no se refirieron al aspecto toral de nuestras relaciones con el exterior, que son con Estados Unidos.

Desde hace cerca de dos años, la relación con Estados Unidos no ha seguido los cauces institucionales. El caso más evidente durante 2016 fue la inesperada visita a México del entonces candidato presidencial Donald Trump. Fue una visita orquestada conjuntamente por Luis Videgaray, entonces secretario de Hacienda en México, y Jared kushner, yerno de Trump, quien se convertiría en el interlocutor privilegiado para la relación entre los dos países.

Los resultados de ese primer encuentro fueron desafortunados. La hostilidad hacia México de parte del candidato no amainó; por lo contrario, arreció en su conocido discurso pronunciado poco después durante un mitin en Arizona. La opinión pública nacional y extranjera fue altamente crítica de la visita; Videgaray salió de la Secretaría de Hacienda sin perder su condición de importante asesor de Peña Nieto.

El triunfo de Trump cambió el panorama. Videgaray regresó como secretario de Relaciones Exteriores para sacar adelante uno de los momentos más difíciles para la diplomacia mexicana. Nunca, desde los años de la Revolución Mexicana, había sido necesario enfrentar la hostilidad tan grande de un presidente de Estados Unidos hacia México, nunca se había encontrado a la cabeza del poderoso país del norte un personaje tan reprobable y nunca la vulnerabilidad económica de México a lo que ocurre en Estados Unidos había sido tan grande.

Digno de un caso de estudio sobre la toma de decisiones, es el propósito del nuevo canciller de conducir la relación con Estados Unidos, privilegiando la relación personal con Kushner. En pláticas entre ambos celebradas en la Casa Blanca se preparó una vista de Peña Nieto a Washington a pocas semanas de haber tenido lugar la toma de posesión de Trump. De haber ocurrido, hubiese sido el primer mandatario en visitarlo y, si se hubieran cumplido los propósitos que la...

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