Una visita exitosa, una realidad perturbadora

AutorOlga Pellicer

El hecho de ser la primera visita de AMLO al extranjero y de tratarse de un encuentro con el presidente del país más importante para las relaciones exteriores de México, obliga a diversas reflexiones. ¿Cuál fue el objetivo de la visita? ¿Puede calificarse de exitosa? ¿Hasta dónde mejora una realidad particularmente difícil?

De acuerdo con la narrativa del gobierno mexicano, el objetivo fue celebrar la entrada en vigor del TMEC, el acuerdo que ha sustituido al TLCAN considerado por Trump "el peor tratado que haya firmado Estados Unidos". El nuevo acuerdo representa en la narrativa oficial una palanca para la reactivación de la economía mexicana por el impulso que dará a cadenas de producción entre los tres países, así como al aumento de inversiones y la creación de empleo.

No obstante el escepticismo respecto a cuándo y hasta dónde pueden llegar los beneficios del TMEC, a los cuales nos referiremos más adelante, fue notable la consistencia de la narrativa oficial. Se eliminó cuidadosamente cualquier intento de vincular la visita a otros problemas sobresalientes de la relación entre los dos países; se negó firmemente que hubiese finalidades políticas, como lo sería favorecer la campaña electoral de Trump; se buscó, sin éxito, que Justin Trudeau asistiera a la reunión para hacer evidente el carácter trina-cional del festejo.

La voluntad de acotar los objetivos de la primera salida al extranjero de AMLO en torno a la celebración de un acuerdo comercial y de inversión se complementó con la invitación a un grupo de empresarios mexicanos a la cena que sería ofrecida por Trump para generar un diálogo constructivo entre empresarios de ambos países.

Reducir la visita a un solo propósito, de innegable interés para el futuro de la economía mexicana, permitió dejar en segundo plano el consenso entre académicos y miembros muy connotados del servicio exterior mexicano respecto a los aspectos negativos de la visita. Asimismo permitió no prestar atención a los reclamos de miembros del Partido Demócrata en Estados Unidos que se pronunciaron vivamente contra el uso electoral que Trump haría del encuentro con López Obrador.

El programa de la visita era muy sobrio: una ofrenda en los monumentos de Benito Juárez y Abraham Lincoln, una corta conversación privada entre Trump y López Obrador y entre sus respectivas comitivas, un comunicado conjunto y una cena para el encuentro de empresarios mexicanos y estadunidenses. La sorpresa fueron los discursos de ambos...

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