Violencia e inseguridad reto mayor para el 2011

AutorMtro. Jesús Armando Liogon Beltrán

El crimen organizado incentiva el procesamiento de los diversos conflictos de grupos por la vía violenta, lo cual repercute en los ciudadanos que optan por una solución que transcurre al márgen de la institucionalidad, provocando homicidios, amenazas y secuestros. La intolerancia por sí sola no aparece como un factor explicativo de incrementos notables en las tasas de homicidio, requiere del crimen organizado para traducirse en violencia masiva. Enfrentar al crimen organizado es enfrentar la mayor amenaza que América Latina y en especial México. Si el Estado no es capaz de proveer seguridad a todos los ciudadanos, la anarquía continuará ante la efervescencia de la violencia y la inseguridad.

En 2006, todavía bajo el mandato del presidente Vicente Fox, murieron 62 personas. En 2007 ya fueron 2.837 y al año siguiente la cifra subió hasta los 6.844. En 2009, en medio de la guerra de todos contra todos, la cifra subió hasta las 9.635 muertes violentas. La tasa de homicidios de México se encontraba en alrededor de 12 por cada cien mil, una cifra que en términos relativos no aparecía entre las más altas del continente, pero que significaba un incremento sustancial, en comparación a las tasa de 9 por cada cien mil registrada en 2006. En cuanto al 2010 se registraron 13 mil muertes vinculadas al crimen organizado, casi la mitad de los 30 mil contabilizados en los tres años de gobierno del presidente Felipe Calderón según la Procuraduría General de la República, lo cual a su vez representaba la mitad de los muertos oficialmente reconocidos por el gobierno de Estados Unidos por su intervención militar en Irak. Cifras que hablan grosso modo de la escalada de la violencia a la que se ha enfrentado el país y que, de continuar como va, se generarán en este 2011 de 15 a 20 mil nuevas víctimas.

A lo anterior es necesario sumarle, que las instituciones de seguridad y justicia no han tenido el nivel de solidez y eficacia requerido para alcanzar los objetivos de una estrategia de Estado que desde sus bases ha resultado inconsistente, tan sólo por mencionar algunos actos violentos, se encuentra la muerte del candidato a gobernador de Tamaulipas, Rodolfo Torres Cantú; el asesinato de la activista Marisela Escobedo y la fuga de 150 reos de un penal de Nuevo Laredo. De hecho sólo en lo que fue del 2010 se asesinaron a 11 presidentes municipales, así pues los bombazos, granadazos, estallamientos de vehículos, narcobloqueos y vendettas fue el pan nuestro de cada...

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