Vinos / La competencia

AutorRodolfo Gerschman

Esta semana y las dos que vienen son, en Baja California y estados como Querétaro, Guanajuato o Zacatecas, las de las fiestas de la vendimia. Los medios incluyen como nunca crónicas y comentarios que, a su vez, generan opiniones diversas en sus lectores. Es un fenómeno sin duda positivo, aunque a veces estos últimos no logren formarse una opinión suficientemente razonada del importante crecimiento de nuestros vinos.

Por ejemplo, un comentario que encuentro a menudo en consumidores de a pie es que los impuestos que paga el vino mexicano lo ponen en desventaja para competir con los importados. Sin embargo, ambas categorías pagan los mismos impuestos. En ese sentido unos y otros pagan literalmente las consecuencias de ser considerados simplemente como bebidas alcohólicas (no están obligados a los mismos porcentajes que un whisky, por ejemplo, pero están sometidos a la misma categoría de impuestos)

Si los gobiernos tuvieran en cuenta la contribución que está haciendo la vitivinicultura al desarrollo de los valles bajacalifornianos -y la que aún puede hacer, pues es una actividad que se puede considerar incipiente- tal vez encontraría razones para actuar de manera más indulgente.

Pero en ese caso tendría que hacerlo también con los importados, pues de lo contrario contravendría tratados comerciales de México con países que podrían emprender acciones anti dumping al considerar que aplicamos aranceles encubiertos. Apoyar la cultura del vino reduciendo impuestos sería apoyar a la industria nacional, pero también se beneficiarían los vinos de otras procedencias.

No veo, entretanto, que la industria nacional esté compitiendo en condiciones desventajosas, salvo en escala y eso no tiene solución por ahora (hay bodegas en el mundo que producen hasta diez veces todo la producción de México). La actitud empática del consumidor mexicano hacia sus vinos, impulsada por los notables avances de la industria nacional es, en cambio, una ventaja comparativa para los nacionales.

Esa empatía se potencia con el esfuerzo de los productores nacionales para elevar la calidad y atraer visitantes a sus instalaciones. La proliferación de una cocina bajacaliforniana, que en el Valle de Guadalupe se expresa en restaurantes excepcionales apoyados o generados a veces por las mismas bodegas, acentúa a la vez el atractivo turístico y la apreciación del...

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